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Las Wikimujeres estarían pecando por el manejo de datos personales

  • Foto Facebook Wikimujeres
    Foto Facebook Wikimujeres
31 de julio de 2017
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Hace poco más de un mes la Real Academia Española decidió incluir el concepto de posverdad, que se refiere a “toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público” y ejemplifica la polarización política que se vive en Colombia, que se demuestra en las redes sociales y que en muchos casos se desborda en los grupos privados.

Esta problemática que hace poco fue ejemplificada en la pelea por Twitter entre Álvaro Uribe y Daniel Samper, tras una acusación del primero al segundo, que despertó una lluvia de comentarios que de paso afectaban el buen nombre de ambos protagonistas, la está empezando a padecer el grupo, y ahora empresa con marca registrada, Wikimujeres.

Esta iniciativa privada, que nació en Facebook en 2015 bajo la administración de Geraldine Pomato, hoy tiene más de 60.000 miembros 20 países, y promueve el emprendimiento y el empoderamiento de mujeres, amigas o conocidas todas entre sí, está bajo la lupa de la opinión pública porque estaría cometiendo varios pecados, como el del mal manejo de los datos personales de sus integrantes y de los referidos que ellas hacen, el daño en la reputación y operación de algunas empresas, y la afectación del buen nombre de miembros.

Lea aquí la entrevista que hizo EL COLOMBIANO a Geraldine Pomato

Respecto al problema del manejo de datos personales y a la afectación de empresas, que tiene el grupo de 14.000 personas en Colombia, salta a la vista un caso que llegó a AL, en el cual una exmiembro señaló que se le acusó de no haber pagado la factura de un negocio a un tercero ajeno al grupo, que no tenía soporte.

El señalamiento llegó por parte de las administradoras argumentando que este tercero era “una emprendedora venezolana que debía enviar dinero a su familia”; sin embargo, la exintegrante argumentó que supo que eso no era cierto de parte de quien había buscado al grupo para exigir el pago.

Esto llevó a que posteriormente el caso se publicara en el grupo y sin haber mencionado el nombre de la implicada, según ella, le afectara su negocio y buen nombre pues “a partir de ahí las ventas cayeron entre mayo y junio de este año hasta en 80 %, y las compradoras (pertenecientes al grupo) y proveedores exigieran devoluciones y pagos inmediatos, siendo que había plazos de hasta 45 días”.

Por esto, la ‘exwiki’ solicitó al WikiTeam, que es un grupo de siete administradoras, que le explicara cuándo había autorizado el uso de sus datos personales, y ellas argumentaron, en respuesta a un derecho de petición, que lo había hecho cuando se inscribió y firmó un formulario con su nombre y datos personales al WikiBazar de 2016, en donde se expresaba que “nos manejamos bajo la ley de datos personales (1581 de 2012). Los datos (...) serán manejados por la administración de WikiMujeres”.

Esto sería una inconsistencia, pues según Pablo Felipe Robledo, superintendente de Industria y Comercio, “los datos personales no se pueden utilizar para actividades diferentes a las relacionadas con el evento en el que se firmó”.

Otra posible pecado relacionado con los datos viene con las malas referencias a los trabajadores domésticos, con fotos y nombres, ya que por un lado estos no han firmado ningún vínculo, y por otro, explicó José Alejandro Bermúdez, socio de Bermúdez Durana, se excede el uso doméstico y familiar de datos de algunas personas, porque además son “datos personales identificados sin esfuerzo”.

Pese a esto, y a que circulan fotos en la red, Pomato aseguró que sugieren “que al referirse a terceros es importante no dar nombres ni datos personales, en procura de mantener el buen nombre de las personas”.

La fundadora señaló que WikiMujeres ha tenido alianzas con marcas como Samsung, P&G, Jumbo y otras. “No promovemos ni tenemos reglas para que las personas dejen de comprar o adquirir productos. Borramos 50 quejas cada semana”, dijo Pomato. Sin embargo, AL conoció denuncias de que algunas de las administradoras descalifican empresas sin que estas puedan defenderse, a pesar de que esta es una de las reglas del manual de convivencia.

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