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Después de haber respaldado a Colombia con la comisión de verificadores del cese bilateral del fuego y desarme de las Farc, el Consejo de Seguridad de la ONU visitará al país por primera vez en su historia.
De acuerdo con la agenda conocida hasta ahora, “el pleno del Consejo con los embajadores de sus 15 países miembros estará en el país del 3 al 5 de mayo”, informó la Misión de la ONU en Colombia.
En la noche del próximo miércoles arribará la delegación y el jueves participará en reuniones con el gabinete presidencial en la Casa de Nariño.
Se prevé que también conversarán con miembros de la sociedad civil y de la Misión de Verificación.
El viernes harán presencia en una zona veredal de transición, donde están agrupados los combatientes de las Farc, aunque aún no se conoce en cuál de ellas.
Según el organismo multilateral, el propósito es “respaldar el proceso de paz en Colombia y la presencia de la Misión de Paz de la ONU”.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos declaró que “la semana entrante viene aquí el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y no viene porque Colombia sea un problema, sino porque es el único caso de éxito que la ONU tiene en este momento en el mundo entero. A eso vienen, a respirar un poco de tranquilidad y ver por lo menos algo exitoso”.
El docente de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, comenta que, mientras en Colombia algunos hablan de replantear aspectos del Acuerdo de La Habana, la visita del Consejo de Seguridad se convierte en una señal de apoyo a ese proceso de paz culminado.
“Desde que el presidente Santos contó que había iniciado un diálogo con la guerrilla, el entonces secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, expresó su apoyo irrestricto; y cuando se habló del desarme, desde el principio se planteó que el Consejo de Seguridad debía ser el verificador”, recuerda el experto.
Frente a la posibilidad de que esta visita sea aprovechada también por los movimientos políticos de oposición, para exponer su visión del proceso, Jaramillo opina que el Consejo, por su misma constitución, solo reconoce como interlocutor válido al Gobierno Nacional.
“Ello no implica que pueda haber alguna reunión entre representantes, que en todo caso sería de carácter informal -añade -. Esta instancia no está hecha para ser depositaria de quejas”.
Camilo Gómez, ex Alto Comisionado para la Paz (2000-2002), asevera que ojalá esta visita ayude clarificar las dudas que persisten en la actual implementación de los acuerdos, por ejemplo, “si es verdad que las 900 caletas de armas de las Farc están en el inventario de la misión de verificación de la ONU”.
No está seguro si entre los sectores con los que entablará contacto la delegación extranjera habrá representantes de la oposición, “pero una comisión de ese nivel debería darle tranquilidad a la ciudadanía sobre el proceso, y eso se logra si el Consejo recibe diferentes visiones”.
El analista político y director de la firma DC Estrategia, Diego Corrales, dice que la visita refleja el posicionamiento que tiene Colombia a nivel mundial, después de lo ocurrido en las conversaciones de Cuba.
“También será importante por lo que ellos se van a encontrar: el proceso de paz contribuye a la reducción de la violencia, pero no ha logrado una paz total en los territorios. Los miembros del Consejo podrán tener un panorama más claro de la seguridad, conociendo la situación en materia de narcotráfico, minería ilegal, crimen organizado transnacional y las acciones del Eln”, cuenta Corrales.
Precisa que en el nivel geopolítico podría haber consecuencias, ya que el Consejo estará presente en el país que queda al lado del que mayor complicaciones genera en la región: Venezuela. “Es inevitable que reciban información sobre la problemática de los vecinos, y que eso pueda derivar en algunas acciones”.
A propósito de esto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuya nación es miembro permanente del Consejo, señaló ayer: “estoy muy triste por Venezuela, muy triste de ver lo que ha pasado”.