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El juicio por la filtración y publicación de documentos secretos del Vaticano fue suspendido este lunes, tras la petición de defensa de uno de los imputados.
En la sesión que duró 13 minutos, la abogada Laura Sgrò, representante de una de las imputadas, Francesca Chaouqui, solicitó cinco días más para preparar el caso, lo que significa que se posterga la diligencia para el próximo lunes 7 de diciembre.
Chaouqui presentó esta petición el pasado 27 de noviembre, a la que no se opuso el promotor de Justicia de la Santa Sede (fiscal), Gian Piero Milano.
Como en la primera audiencia, celebrada el pasado 24 de noviembre, en el Tribunal del Vaticano estuvieron presentes este lunes los cinco imputados por filtración y publicación de documentos reservados de la Santa Sede y sus abogados.
Solo Chaouqui, excolaboradora de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), había renunciado a su abogada anterior, por lo que este lunes estuvo acompañada por su nueva defensora, Sgrò.
Por el llamado caso “Vatileaks2” se sentaron en el banquillo el sacerdote español y exsecretario del Cosea, Lucio Vallejo Balda, arrestado desde el 1 de noviembre por ser responsable de la mayor parte de documentos difundidos.
También se enjuicia a Chaouqui, que fue arrestada con el español y puesta posteriormente en libertad; al excolaborador de dicho organismo Nicola Maio y a los periodistas que han publicado los documentos en sendos libros, Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi.
¿Quién es Chaouqui?
Francesca Inmacolata Chaouqui, experta en relaciones públicas, es una de las acusadas de filtrar información confidencial del Vaticano junto al sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda. Estos documentos son los denominados “Vatileaks 2”, filtración que le podría equivaler a una sentencia de ocho años de prisión.
La mujer tiene 33 años de edad, es hija de una marroquí y una italiana, además está casada con un informático que trabaja también en el Vaticano.
Desde 2013 ha venido siendo objeto de críticas en los medios de prensa italianos porque Chaouqui vestía de forma provocativa para estar rodeada de tantos sacerdotes pero además, mantenía puntos de vista ultraconservadores en cuestiones sociales, como el criticar fuertemente la homosexualidad sino también a las familias monoparentales.