<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Miedo y pesimismo: lo que sienten los latinos con Trump

El Centro de Investigación Pew da el primer diagnóstico sobre la reacción de los hispanos al magnate: cuatro de cada 10 ya no están seguros de su lugar en EE. UU.

  • FOTO EFE
    FOTO EFE
Trump y latinos: miedo y pesimismo
16 de marzo de 2017
bookmark

El miedo es el síntoma más claro del cambio que han experimentado los latinos de Estados Unidos desde que Donald Trump asumió las riendas de esa nación.

Dos hechos se lo confirman a David Shirk, experto en asuntos de México y director de la maestría en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego, en California.

El primero tuvo lugar en la frontera, entre San Diego y la ciudad mexicana de Tijuana, “donde el temor se parece más a la desesperación”.

Allá, Guadalupe Olivas, de 45 años y deportado por agentes migratorios, prefirió lanzarse de un puente antes que regresar a su país de origen. Según dijeron testigos, cuando estuvo a punto de saltar, gritó angustiado que se rehusaba a volver.

“Tenemos ejemplos del alto nivel de ansiedad y miedo. Se ha fomentado una retórica de que México es el peor país del mundo, que es inseguro y que no tiene sentido regresar”, aclara Shirk, para quien lo otro que evidencia el miedo es lo que sus alumnos le relatan.

“Por dos o tres meses ellos se encontraron totalmente confundidos, y a la confusión se fue sumando que en nuestro campus se presentaron casos de odio y rechazo, alumnos blancos que gritan a alumnos no blancos que se vayan a sus casas, lo que no sucedía con tanta frecuencia hasta antes del 8 de noviembre”, cuenta, y añade que su universidad tuvo que tomar una postura oficial contra esos signos de intolerancia, poniendo letreros, pidiendo celebrar “el diálogo abierto, en un ambiente donde ahora los estudiantes se encuentran bajo fuego”.

El miedo, o al menos las percepciones sobre confianza y estabilidad en Estados Unidos, parecen estar tocando al resto de latinos en ese país: una población diversa que se situó en 57 millones en 2015 y se encuentra entre los grupos de más rápido crecimiento de la nación.

Desconfiados sobre EE. UU.

Aunque mucho se ha especulado en medios de comunicación sobre cómo los latinos resienten las últimas decisiones migratorias de Trump o su rechazo declarado a los mexicanos, un estudio de febrero pasado del Centro de Investigación Pew, un grupo de 130 expertos que desde Washington analizan objetivamente la política, la tecnología, la religión, las tendencias globales y a los hispanos en ese país, revela las realidad de los primeros meses del presidente.

Según el reporte, cerca de la mitad (54%) de los hispanos dicen estar seguros de su lugar en Estados Unidos después de que Trump tomara las riendas del país. No obstante, cuatro de cada diez (41%) dicen tener serias preocupaciones al respecto. El porcentaje restante equivale a los que no tienen una posición clara o no respondieron la pregunta.

Si se mira con mayor detenimiento (ver infografía), los hispanos que no tienen la ciudadanía estadounidense (un grupo probable de estar en el país sin autorización) son más propensos a expresar su preocupación que aquellos que tienen documentos.

Pese a esa división entre los latinos (para unos el panorama con Trump es más favorable que para otros), para Mark Hugo López, director de investigaciones sobre Hispanos en el Pew y autor del informe, es claro que “las cosas han cambiado y Trump ha influido en el grupo de latinos de Estados Unidos, hasta en su sentido del progreso”.

Según él, sobre todos los comentarios del presidente acerca de los mexicanos y el anuncio de un incremento de agentes encargados de las deportaciones, han hecho que haya aspectos en la población latina que les hacen más difícil vivir en EE. UU. en comparación con el pasado, y que han incrementado sus preocupaciones.

Por ejemplo, cuando se trata de progresar, los latinos están divididos. La mitad dicen su situación actual es igual a la de hace un año, mientras que 32 % manifiesta que se ha agravado y un no despreciable 16 % dice que ha mejorado.

No obstante, anota López, la población que expresa que ha empeorado es el doble de la cuota que dijo lo mismo en 2013 (15 %). Al mismo tiempo, la parte que dice que la situación de los hispanos estadounidenses ha mejorado es inferior en comparación con el 58% que expresó lo mismo en 2013. Y la parte que dice el Situación del grupo es mejor que hace un año Por debajo del 25% en 2013.

Asimismo, a medida que el nuevo Gobierno avanza, una pluralidad de hispanos tienen expectativas pesimistas sobre el trabajo que hará Trump como líder. Aunque entre los latinos hay diversidad de opiniones, porque los demócratas y las mujeres generalmente tienen proyecciones más negativas para la presidencia del magnate, mientras que los hombres y los republicanos, más positivas, si se comparan con los americanos en general, hay una diferencia.

Mientras para apenas el 22 % de los latinos Trump se proyecta como un gran o buen presidente, un 35 % de los estadounidenses tienen esa esperanza.

Recelo por deportaciones

Alrededor de la mitad de los adultos hispanos, sin importar su estatus migratorio, dicen preocuparse “mucho” o “algo” porque ellos mismos, un familiar o un amigo cercano puedan ser deportados durante este nuevo Gobierno.

No obstante, según el informe de Pew, el tema migratorio es su quinta prioridad y también la última que ellos le delegan al Congreso. Por encima de esta se encuentran la salud, la economía, la seguridad, y como primera, desde que hace más de una década que el estudio se realiza, es la educación.

De acuerdo con Christopher Sabatini, internacionalista de la Universidad de Columbia y editor del portal Latinamerica Goes Global, lo anterior es impactante. Si bien deja claro que Trump logró que sus políticas a favor de las deportaciones inquieten a los extranjeros en su país, también hay una clara muestra de que el “sueño americano” se mantiene vivo.

“Si hasta los indocumentados, por más presionados que estén, aún sienten algo de confianza y compromiso para pensar un futuro en Estados Unidos por medio de la educación, entonces nos están enseñando algo muy poderoso, y es que todavía queda algo de esperanza y empuje entre los latinos”, opina Sabatini, que aunque es de ascendencia italiana y fue criado en Estados Unidos, le impacta el gran peso de los hispanos en la colonia norteamericana y la profunda integración a la que han llegado.

Un futuro difuso

Si bien es prematuro identificar el impacto de la Administración de Trump en las decisiones y futuro de los latinos en Estados Unidos, Emilio Viano, politólogo de la American University, en Washington, afirma que si uno de cada tres, según Pew, dice estar preocupado, eso estaría en consonancia con un escenario recurrente en ese país cada vez que han coyunturas de rechazo hacia esta población.

“Es posible que esto sea el reflejo de un agravamiento en el trato de las fuerzas policiales hacia los latinos con las nuevas normativas. Muchos temen los interrogatorios y requisas para dar con los indocumentados”, especifica Viano, para quien tampoco hay que descartar que haya cambios en las políticas de ese país que beneficien a los hispanos. A comienzos de año, Trump dijo que buscará una “solución” para los llamados “dreamers”, jóvenes que llegaron a EE. UU. cuando aún eran niños y que, de no tener documentación al día, podrían ser deportados.

Para Shirk, de la Universidad de San Diego, algo es claro desde ya, y es que aunque en el pasado era “relativamente predecible” el proceso de emisión de la Tarjeta Verde, que otorga la residencia permanente en EE. UU., desde Trump están apareciendo “nuevos, sutiles y absurdos obstáculos”.

A un empleado de altas destrezas de su universidad, por ejemplo, le cambiaron los términos de solicitud de un día para otro, y ahora le exigen un salario muy superior al que tiene (que incluso doblaría al del propio Shirk).

Lo anterior le preocupa. Eso sí, advierte, Trump puede ser tan impredecible, “como un esposo alcohólico que llega a la casa, y del que no se sabe si estará cariñoso o a la defensiva”, que no se sabe realmente hacia dónde apuntará en unos meses su reforma migratoria. “Y la esperanza a favor de los latinos aún no está muerta”, concluye.

Infográfico

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD