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Nadie está exento hoy de quedar en el centro de una polémica en redes sociales. Intencional o accidental, desde personajes públicos hasta anónimos capturados en un mal momento por alguna cámara de célular han terminado criticados en redes como Twitter.
Es especialmente en esta red, donde hay más facilidades para que se “dispare” la indignación, se ha vuelto usual la utilización de cuentas programadas (bots) para lograr poner determinado tópico en el centro de la atención.
Esto se ha potenciado en los últimos tiempos por el último gran fenómeno en la red: las noticias falsas.
Este panorama fue el que motivó la elaboración de un proyecto de ley que buscará la penalizar con hasta dos años de cárcel y una multa de hasta 100 salarios mínimos por la utilización de cuentas falsas o anónimas en redes.
Esto inmediatamente disparó las alarmas ante la posibilidad de que estos castigos propicien una censura o generen un miedo a la expresión en estas plataformas virtuales.
“Querer obligar que una cuenta de redes sociales tenga una titularidad, con nombre y apellido, es buscar un control restrictivo y desproporcionado, que recorta la libertad de expresión”, consideró Jorge Iván Cuervo, docente y magister en política pública, además de tuitero consumado con más de 10 mil seguidores.
Fue enfático además que no se trata de un espacio gris de las leyes penales colombianas pues, como en cualquier otra esfera pública, “un exceso en una red social tiene responsabilidades muy claras”.
“Faltaba más en que un país quiera venir a regular una plataforma por encima de sus propios administradores”, consideró Cuervo.
De otra parte, esta ley podría ser exagerada e innecesaria contando con que las mismas redes se están depurando para librarse de bots, trolls y demás generadores de posteos calumniosos en internet.
Así lo explicó Camilo Torres, director de redes sociales de la empresa internacional IPG Mediabrands: “Normalmente las mismas redes hacen barrido para autocurarse y lo hacen de forma regular, mejorando las herramientas para identificarlos”.
De cualquier forma, agregó que regular estas redes es muy complicado, “especialmente en Twitter que permite de forma muy fácil crear un usuario. Lo único es que pidan un ID para hacer un registro”.
Y aún así, explicó que podría chocar con la regulación propia de las plataformas. “Pasaría igual que con Uber”. En ese caso, por el principio de neutralidad en la red, que garantiza la libertad en internet, sería imposible de bloquear.
En fenómeno de los bots , entendido como cuentas controladas mediante un software, está masificado a través de Twitter. Según un estudio realizado este año por la Universidad del Sur de California, 48 millones de los 319 millones de usuarios activos de esta red son bots.
Para contrarrestarlos, esta red viene ofreciendo una serie de herramientas para que cada usuario pueda omitir o ignorar estos fenómenos.