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Además de la sal común, existen otros tipos de sales de diferentes orígenes, colores e, incluso, sabores.
Basicamente hay dos tipos de sales: las marinas y las de roca, pero dentro de cada una han ido apareciendo nuevas variedades. Aquí tres de las que más se está hablando en nuestras cocinas:
Sal marina. Es aquella que se queda en la superficie del mar hasta evaporarse y que por lo general no se procesa. Gustativamente aporta mayor fuerza que la sal común, lo que la hace ideal para adobar carnes a la parrilla y rematar platos.
Sal rosa del Himalaya. Una sal de roca que proviene de las minas de Khewra, en Paquistán, con miles de años de existencia, que se han asociado a su grado de pureza. Su mayor particularidad es el color rosa, muy llamativo a la vista, así como su grosor que le aporta a los platos un toque crujiente.
Sales gourmet. Las sales marinas en escama se han vuelto muy exitosas, especialmente entre los chefs, usándose como toque final de los platos. Entre las diferentes sales gourmet, la sal negra es una de las que más se ha popularizado como elemento decorativo sobre ensaladas y verduras.
Más allá de estos tipos de sal existen múltiples preparaciones y mezclas que parten de este ingrediente principal para darle toques de sabor únicos a los platos. Hacerlas en casa no representa mayores complicaciones; por eso la Revista Paladares comparte a continuación una práctica receta.
Sal con hierbas y especias
Ingredientes
4 porciones
1 taza Sal marina gruesa
o en escamas
1 cdta Romero
1 cdta Tomillo
1 cdta Orégano
1 cdta Albahaca
C/n Lavanda
½ taza Zumo de limón
Preparación
1. Precalentar el horno a temperatura baja, alrededor de 70°C.
2. Mezclar la sal con las hierbas y especias frescas, triturar los ingredientes y finalmente incorporar el jugo.
3. Forrar un molde con papel aluminio y distribuir la mezcla de manera uniforme.
4. Ponerla en el horno, revolviendo de vez en cuando, hasta que pierda la humedad por completo.
5. Guardar el producto final en un tarro hermético.