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La popular cantante Selena Gómez se sometió recientemente a un trasplante de riñón en su batalla contra el lupus, una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo ataca erróneamente sus propios tejidos. La donante fue su mejor amiga, la también actriz Francia Raisa.
Pero este trasplante no solo ha tenido una importante repercusión en las vidas de Selena y Francia. El hecho de que Gómez compartiera esto en sus redes sociales ha tenido eco en parte de la sociedad, en cuanto a la enfermedad y la donación de órganos.
Algunos de los mensajes de seguidores de Selena son negativos y dejan entrever las dudas de muchos al respecto. “Los órganos solo se asignan a la gente acomodada”, o “seguro los médicos me dejarían morir”, son algunas de las razones de quienes están en desacuerdo con la donación de órganos.
Aunque el negativismo parezca prevalecer sobre el optimismo, en muchos más mensajes se lee: “Acabo de leer una noticia en la que cuentan que un niño de seis años salvó la vida de cuatro personas al donar sus órganos...”. “Tenemos que ser más solidarios con nuestra especie”. “Esto es un tema de vida o muerte. A donar todos los que podamos hacerlo”. “Cuánto amor y altruismo hay en un trasplante de órgano”... y así.
Según Héctor Eduardo Castro, director de Medicamentos y Tecnologías en Salud del gobierno colombiano, cerca del 94 % de los casos de trasplante son de riñón y estas personas tienen que esperar de 3 días a 7 años para recibirlo.
En el caso de la cantante, la donación fue en vida, pero son las que se dan después de la muerte las que más acarrean dudas y contenciones.
La escasez de órganos para trasplante es un problema mundial. En Colombia, antes de que la Ley 1805 entrara en vigencia hace un año, menos del 4 % de las personas que esperaban un órgano lograban obtenerlo a tiempo, según el Instituto Nacional de Salud (INS). Esta Ley deja a todos los colombianos potenciales donantes de órganos, a menos que se exprese lo contrario en vida.
Y es que el número de personas que esperan por un trasplante crece a un ritmo superior a la disponibilidad de órganos. Las listas de espera implican el sufrimiento de personas que requieren un trasplante que les permita restablecer su estado de salud y mejorar su calidad de vida.
Según Germán Raúl Chaparro, docente e investigador del Grupo de Protección Social de la Universidad Nacional de Colombia, la ciencia ha buscado fuentes de obtención de órganos y tejidos, explorando diversos orígenes de abastecimiento. Entre las alternativas se encuentran la organogénesis, creación y utilización de órganos artificiales; los xenotrasplantes, técnica que posibilita remover células, tejidos y órganos de animales (usualmente cerdos) para trasplantarlos a seres humanos, hecha realidad gracias a los avances de la ingeniería molecular y la genética animal.
Incluso se ha explorado la clonación de órganos y tejidos; no obstante, los resultados en estos campos de investigación no han sido satisfactorios desde el punto de vista técnico, ni aceptados plenamente desde una perspectiva ética.
Es así como la única fuente que queda para solventar este problema es la donación humana, ya sea en vida o después de la muerte.
Luego de que se modificara la Ley, asegura el INS, el número de trasplantes realizados en el país creció 21 % en 2017. Aunque estas cifras son alentadoras, Colombia tiene una tasa de apenas siete donantes por cada millón de habitantes, lo que aún preocupa.
A finales del año anterior, 2.589 personas se encontraban en lista de espera de órganos que mejoraran su salud, de las cuales la mayoría, 2.389, esperan riñón, 22 corazón, 137 hígado, 20 pulmón, 1 páncreas, 5 intestino, 4 riñón – páncreas, 1 riñón-corazón y 7 hígado, riñón y páncreas, por lo que es necesario seguir rompiendo mitos alrededor de la donación en el país.
Según la información del INS, la cifra pasó de 1.068 donantes en el 2016 a 1.287 en el último año. Este informe también registra incrementos en el número de donantes potenciales: 1.692 colombianos que perdieron la vida y eran aptos para donar sus órganos. No obstante, solo 441 fueron donantes aptos, el resto se descartó por razones familiares, médicas o logísticas. Los alentadores resultados muestran que la tasa nacional de donantes aumentó casi un dígito, hasta 8,8 por cada millón de habitantes.
Respecto al trasplante de tejidos, en el 2017 se distribuyeron 2.373 tejidos oculares, con un aumento del 24 % frente al 2016. De estos, el 85 % correspondió a córneas. Y otro dato reportado por el INS refleja que en este año cerca de 856 personas hicieron saber, por escrito, su negativa de ser donantes, tal como lo avala la Ley, aunque hay también 217.462 ciudadanos que han expresado su voluntad positiva de donar.
Sobre la norma que rige hoy en Colombia de presunción de donación, que dice que todos somos potenciales donantes, Chaparro agrega que “tienen como característica extender al máximo la donación potencial, pero ello no implica que las tasas de donación efectiva se incrementen. Si no se trasmite de manera adecuada la información y los incentivos acerca de la donación de órganos, los individuos pueden desconfiar del modelo de donación y de sus instituciones”.
Para citar un caso cercano y similar al de Colombia, en 2011, un estudio de la Universidad Diego Portales, de Chile, mostró que cerca del 75% de los chilenos desconocían la nueva ley, similar a la que tenemos en Colombia, y el 12 % se manifestó en desacuerdo con la donación de órganos para trasplante. Dentro de las razones se encuentra que el 16 % consideraba que la donación y el trasplante de órganos estaba asociado a algún tipo de mercado o negocio.
No obstante, en el país cada vez más ciudadanos acceden a trasplantes y tal vez indique que la confianza en el sistema crece.
A finales de 2017 Martha Lucía Ospina Martínez, directora de la INS, anunció que por primera vez se definieron criterios únicos nacionales para la asignación de riñón a los pacientes en lista de espera. Además, la construcción de un proceso participativo basado en evidencia permitirá que en un lapso de tres años haya criterios únicos para los demás órganos y principales tejidos.
Tanto la Red Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, como los demás entes que trabajan por este tema esperan seguir labrando camino para consolidar una cultura de donación de órganos y tejidos en Colombia.
“A eso le estamos apostando como país, a una Red de Donación y Trasplantes totalmente integrada, transparente y de mayor velocidad en los tiempos de respuesta”, concluye Ospina.