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Juan David Zapata compara el World Class 2018, en el que acaba de ocupar el décimo lugar, como el Mundial o los Juegos Olímpicos de la coctelería.
El encuentro se desarrolló la semana pasada en Berlín, Alemania, a donde llegaron 57 bartenders de diferentes lugares del mundo, luego de varias eliminatorias en las que participaron más de 15.000 competidores. En Colombia, en la fase clasificatoria, de la que solo pasó Juan David estuvieron 390 expertos.
Es la primera vez que un colombiano, en las diez ediciones que lleva el encuentro, llega tan alto.
De paso, Juan David, de 26 años, fue el mejor suramericano en la prueba y el segundo latino, después de un mexicano, que ocupó la séptima casilla.
Más allá de la felicidad que siente por su destacada participación, Juan David resalta la necesidad de replicar lo aprendido en el país, por eso ya está pensando en abrir un bar propio en Medellín en el que pueda transmitir lo aprendido en los ocho años que lleva dedicado a trabajar con licores.
“Tengo un bar con unos socios y ahora quiero abrir uno propio, en el que pueda reflejar mis experiencias y aplicar todo lo aprendido en mi bar en Medellín, que se convierta en el mejor de Colombia y tenga reconocimiento en el mundo”, relata el empresario que desarrolló su propia marca de tónica (Juniper Tonic Water), para mezclar licores.
Emprendedor
Su pasión por los cocteles nació cuando estudiaba Ingeniería Industrial, en la Universidad de Antioquia, carrera que dejó por seguir un sueño, el mismo que lo tiene hoy como el décimo mejor bartender del mundo.
“Estando en la universidad conocí una plataforma social Learning for Life de la multinacional Diageo, que educa a jóvenes de escasos recursos en coctelería, gastronomía y mercadeo. Me enamoré del tema, mi familia me apoyó bastante y eso fue fundamental”, cuenta con emoción, al recordar que comenzó trabajando en bares y que participó en muchas competencias antes de llegar World Class 2018.
Juan David constantemente destaca el apoyo de su familia, no solo en el momento que tomó la decisión de dejar su carrera (llegó hasta el séptimo semestre) para dedicarse a la coctelería, sino que han trabajado con él en todo ese proceso. Tanto así que su padre es el artesano de toda la cristalería que usó en la competencia en Berlín.
“Todos los desarrollos que hago en mis competencias y proyectos los hago en familia, por ejemplo, mi papá me elaboró los vasos, la cristalería y los recipientes que llevamos al World Class, y eso gustó mucho, fue muy llamativo, me ayudó a marcar diferencia frente a otros competidores”, recuerda con emoción.
Cómo eligen
Sobre la manera en la que se escogen a los mejores, relata que cada marca de licores, todas son de lujo, tienen un desafío. “El primero estuvo relacionado con la sostenibilidad, teníamos que desarrollar un proyecto en la comunidad, en los bares, que aportara en temas ambientales, económicos y sociales”.
El segundo reto era mostrar los sabores del país de cada uno de los participantes, las frutas que identifican cada región. Anota que también hay retos de velocidad y académicos.
A medida que pasan las pruebas van eliminando grupos, tal y como sucede en el Mundial de Fútbol o en los olímpicos. “Ningún colombiano, en los 10 años que lleva la competencia, había llegado hasta ahí”, reitera.
Los jurados también tienen en cuenta la trayectoria, técnica, creatividad, recursividad, precisión, lenguaje corporal y, claramente, la calidad de los tragos preparados.
“Los más complejo era la presión de tener 1.000 ó 2.000 personas viéndote en vivo y más de 2.000.000 millones que siguen la prueba por streaming, eso genera tensión mental”.
Lo que viene
A Medellín apenas retornó el domingo en la tarde, tras un viaje de más de 20 horas, con varias escalas.
Juan David nació en la Comuna 13, en el barrio San Javier, desde donde desarrolla un proyecto para que los habitantes de los barrios más altos de la zona puedan vender productos agrícolas directamente en los restaurantes y bares, evitar intermediarios, y lograr una mayor renta económica.
“Soy de la Comuna 13, donde las oportunidades no están a la vuelta de la esquina, pero la estigmatización del sector y sus problemas no fueron impedimento para salir a buscar mis sueños”.
Tras planear la apertura de su nuevo bar en Medellín, consolidar su marca de tónica e incentivar proyectos sociales en su barrio, Juan Diego seguirá estudiando, capacitándose y, sobre todo, preparando cocteles, una pasión que descubrió hace ocho años y que hoy lo tiene como el décimo mejor bartender del mundo.