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El gigante Samsung Electronics confirmó este lunes que no presentará su nuevo modelo de teléfono, el Galaxy S8, en el Mobile World Congress de Barcelona, que arranca el 27 de febrero y que es la feria más importante del sector.
El responsable de la división de telefonía móvil de Samsung Electronics, Koh Dong-jin, lo anunció durante la presentación del informe de la investigación sobre las explosiones espontáneas en su modelo previo, el Galaxy Note 7, que llevó al cese de su producción el pasado octubre, dos meses después de su salida al mercado.
Samsung presenta con frecuencia sus dispositivos de la serie Galaxy S durante el congreso, como fue el caso del Galaxy S7 en 2016, que comenzó a vender en marzo.
El mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo todavía no ha anunciado la fecha de lanzamiento del S8, un modelo que viene desarrollando a la par que investiga los incendios del Note 7, que le han costado más de 5.200 millones de dólares, y de los que responsabiliza a baterías defectuosas.
El aparato que estaba concebido para competir con el iPhone de Apple terminó costándole a Samsung miles de millones de dólares en pérdidas, además de daños en su imagen de marca.
Samsung admitió este lunes que fueron ellos quienes especificaron las características que debían cumplir las baterías de su proyecto.
Sin acciones legales
Desde entonces, intenta recuperar su reputación, con una campaña de prensa en la que ha reiterado sus disculpas en insertos publicados en los diarios estadounidenses más importantes como el The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post.
En ese mercado, la empresa había vendido 1,9 millones de aparatos y el escándalo casi llegó a la estratosfera, después de que las autoridades aéreas estadounidenses prohibieran abordar aviones a pasajeros portando el Galaxy Note 7.
Para la investigación la empresa contrató a 700 expertos e ingenieros, comparando cerca de 200.000 teléfonos y más de 30.000 baterías.
En el informe publicado este lunes la empresa no identificó al fabricante de las baterías. Según la firma independiente Exponent, que participó en la investigación, una de las pilas, identificada como Batería A, presentaba un problema de diseño que ponía presión en el borde derecho de la misma. En tanto, la Batería B tenía un defecto de las soldaduras internas, indicó Kevin White, principal experto de Exponent.
Koh rechazó la posibilidad de demandar a los fabricantes.
“En cualquier pieza que usemos, la responsabilidad final recae en nosotros por fallar a la hora de verificar su seguridad y su calidad. En este momento, no creo que sea adecuado seguir acciones legales”.
Hay que ser pacientes