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La rentabilidad detrás de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Conferencistas del Encuentro de Líderes Emprendedores dieron algunas indicaciones sobre cómo vincular las empresas a metas globales de ONU.

  • ilustración Raúl Zuleta
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    Raúl Zuleta
18 de julio de 2017
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Hacer un análisis sobre los recursos naturales con los que interactúa su empresa y sobre los que su margen de actuación genera un impacto es el primer paso para alinear su plan de negocios a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU).

Así lo indicó la gerente Ambiental y Social de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Ana Milena Joya Camacho, durante el Encuentro de Líderes Emprendedores 2017, ayer en la Universidad CES.

“Cuando ya se tiene ese primer inventario, cualquier procedimiento al interior de la compañía se enfocará en que esos recursos sean sostenibles en el tiempo. De lo contrario, no será rentable en el futuro”, explicó la directiva.

Así mismo, las empresas pueden revisar cada uno de los 17 objetivos y estudiar cómo puede sumarse a su cumplimiento, afirmó Joan Baena, fundador de Big Data Group Colombia, quien también sugiere adherirse a ese proceso en grupos de firmas.

Por ejemplo, Medellín decidió vincular su Plan de Desarrollo Medellín 2016-2019, de tal forma que el ciudadano conozca a qué objetivos mundiales le está apuntando su implementación.

Sin embargo, el conocimiento sobre las medidas para poner fin a la pobreza, garantizar la vida de los ecosistemas terrestres, energía asequible y no contaminante, entre otros, todavía es muy limitado, de acuerdo con cifras dadas por el empresario: “Desde junio del año pasado hasta julio de este año, de las más de 2.000 personas que han pasado por nuestras conferencias de marketing digital, big data y emprendimiento, menos de 3 % conoce los ODS”.

Más desafíos

Otro de los retos del país y de América Latina, según el Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (Cepei), citado por Baena, es la obtención, sistematización y uso de información para medir el cumplimiento de los ODS, pues las organizaciones aún no la han publicado.

“La mitad del trabajo del big data es permitir el acceso a datos externos, pero esto no se puede lograr con facilidad, si las organizaciones y empresas no los suministran”, dijo el experto.

Además, la apertura de datos contribuye a que las organizaciones no se midan solo por indicadores tradicionales, sino que integren en sus juntas directivas y en su estrategia la medición de su rol para alcanzar esos objetivos.

Por su parte, el líder de la estrategia de Emprendimiento de Alto Impacto de Bancolombia, Pablo Noreña, afirmó que el gran reto es ser sostenible, sin dejar de ser rentable.

En el caso de la entidad financiera, comentó que aplican y promueven con sus proveedores el movimiento Sistema B (empresas beneficiosas), que certifica a las que tengan procesos amigables con el ambiente, “sin que eso signifique que se conviertan en fundaciones sin ánimo de lucro”.

Adicionalmente, ante la aversión al riesgo de empresas en etapa temprana, desde hace dos años, Bancolombia ofrece oportunidades de crédito diseñados para responder a necesidades específicas y para enviar el mensaje de que dichos riesgos no equivalen a pérdidas económicas.

“El emprendedor no va a querer que el inversionista tenga mucha participación accionaria y, a su vez, este no va a tener mucho interés en una empresa con alto riesgo”, manifestó, al referirse a la contribución de la banca para dinamizar los emprendimientos.

Por otra parte, el analista de Transferencia Tecnológica de la CES, Jhon Freddy Vásquez, mencionó el caso exitoso de Japón. Allí, las unidades productivas tiene una responsabilidad social con el ambiente.

Explicó que en el país asiático las empresas, antes de sacar un producto al mercado, evalúan las necesidades del consumidor: “Me refiero a lo que ellos quieren en realidad y no a lo que la empresa desea vender”. Pero esos requerimientos se articulan también a los del entorno. De esa forma, se comienza a generar un enfoque diferenciado de sostenibilidad.

Trabajar desde la academia

Finalmente, sobre al rol de las instituciones de educación superior, sobre ellas recae la responsabilidad de sentar las bases para futuros proyectos económicos, aseguró el decano de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad CES, Óscar Berrío.

“Por eso, tenemos un vínculo doble con el sector empresarial: primero estamos formando al estudiante, teniendo en cuenta las realidades empresariales; pero también estamos entregando elementos de carácter relacional con el sistema productivo, a la persona que tiene como proyecto de vida crear una empresa”, dijo.

Así mismo, el decano comentó que las universidades son un centro de transformación del conocimiento, para luego pasarlo a estructuras productivas competitivas: “Pues realmente el conocimiento aplicado es lo que determina la competitividad empresarial, que en últimas fortalece el objetivo ocho de trabajo decente y crecimiento económico”, concluyó.

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