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Con el llamado para que Colombia pare la siembra de cultivos ilícitos y con una referencia breve al Acuerdo de paz; el presiente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó ayer, en reunión con su homólogo Juan Manuel Santos, el apoyo que su país tiene hacia Colombia.
Sin embargo, para los analistas quedó claro que ambos presidentes tenían prioridades distintas. Mientras que Santos estructuró su discurso en el acuerdo de Paz; Trump tenía un solo foco: la lucha contra las drogas. Por eso, señalaron que su declaración sobre la paz no fue contundente
En el encuentro, que duró cerca de media hora, no solo se afianzaron los lazos de cooperación entre ambos países, sino que se abordó la crisis política y económica de Venezuela, a la que Trump calificó como una “vergüenza para la humanidad”, señalando que la región no había visto una situación similar “en décadas”.
Frente a la paz, y aunque Trump no se refirió al acuerdo durante su alocución, pero sí tras una pregunta de un periodista, señaló que “no hay nada más difícil. Queremos hacer la paz en todo el mundo, y ustedes son realmente un gran ejemplo de ello. El presidente Santos ha hecho un trabajo magnífico, no un trabajo fácil, pero sí magnífico”.
Al escuchar este espaldarazo de Trump, Santos, en tono coloquial, señaló: “más claro no canta un gallo”.
La preocupación de Trump se centra en el aumento en los cultivos ilícitos de coca, que en 2016 crecieron un 18 % hasta alcanzar la cifra récord de 188.000 hectáreas sembradas, con una producción potencial de cocaína de 710 toneladas al año, según los cálculos de la Casa Blanca.
Por esa razón, el mandatario estadounidense manifestó que Colombia es una de las naciones que más tiene “nuestra” colaboración para ponerle un fin a los “terribles crímenes de drogas que se dan en ambos países. Me preocupa mucho esta tendencia. El año pasado el cultivo de coca y la producción de cocaína llegó a niveles récord”, dijo.
Luego sentenció: “Yo espero que el presidente Santos resuelva esto. Enfrentaremos juntos este peligro para nuestra sociedad. Estados Unidos está dispuesto a apoyar a Colombia en la estrategia para identificar y eliminar las redes de droga, el cultivo de coca y la producción, que es muy alta. La epidemia de las drogas está envenenando demasiadas vidas americanas y vamos a ponerle fin a eso y una de las formas es con el muro”.
Recordó que “los muros funcionan, pregunten a Israel, funciona. Créanme, no tenemos alternativa”, remarcó.
Santos respondió a las inquietudes del mandatario y dijo que “tal como lo hablamos, estamos trabajando con su administración para aprovechar esa oportunidad única que nos brinda la paz, para reducir de manera permanente la producción de hoja de coca en Colombia y combatir con mayor efectividad los demás eslabones del narcotráfico. Necesitamos continuar y profundizar la lucha contra el crimen transnacional, no solo contra el narcotráfico, sino también contra el tráfico de personas y la minería ilegal”.
Por otro lado, es de anotar que la revisión a la situación venezolana copó parte de este encuentro, ya que Trump plasmó su preocupación frente a la crisis del vecino país al señalar: “Uno ve la riqueza y se pregunta ¿Por qué está ocurriendo esto? Pero es que el país ha sido administrado increíblemente mal durante varios años”, dijo y agregó que esperaba que eso cambie y “puedan usar sus recursos para bien y para beneficio de su gente, porque ahora lo que está pasando es una desgracia para la humanidad”, añadió.
Cynthia Arnson, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Wilson Center, le dijo a EL COLOMBIANO que aunque Trump felicitó a Santos por su Premio Nobel de Paz, dedicó la mayoría de sus palabras a la lucha antinarcótica. “Esto indica que habrá gran relevancia que el tema y marcará las relaciones futuras, algo lógico en las circunstancias actuales, pero que marca un cambio notable desde que Santos visitó a la Casa Blanca en el último año de la Administración Obama, donde se habló en términos más amplios de la consolidación de la paz”.
Juan Ramón Martínez, profesor de derecho internacional de la Universidad del Rosario, dijo que el narcotráfico es un problema de salud pública en Estados Unidos y por eso es prioridad para Trump. “Al país le debe quedar claro que la agenda entre ambos países ahora estará marcada por la lucha contra las drogas”.
Por último, para el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado Javier Garay, no fueron suficientes las palabras de Trump hacia el Acuerdo. “Es increíble que con el proceso de preparación que hubo para el encuentro no se haya logrado meter una declaración más contundente al proceso de paz, era lo único que se esperaba”, le dijo el académico a Colprensa y agregó que “va a haber una nueva narcotización de las relaciones”, al señalar que también ocurrió en la presidencia de Bill Clinton.