Si hasta en la Corte Constitucional se discute acerca de la exequibilidad de una consulta popular como el plebiscito para aprobar los acuerdos de La Habana porque la paz es un mandamiento de la Carta del 91 y si la demoscopia en este país ha ganado en forma progresiva en credibilidad y confiabilidad, más vale (y puede costar menos) que se efectúe una gran encuesta nacional que mida el grado de aceptación o de rechazo de un proceso que de todos modos requiere un mínimo y razonable dictamen del constituyente primario.
Del plebiscito y otras formas de consulta se ha dicho que podrían convertirse en deslegitimadores del proceso de paz con las Farc, por la baja participación prevista al reducirse el umbral, o por la presunta manipulación gubernamental...