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El Buró Federal de Investigaciones (FBI) realizó un operativo el pasado 28 de julio en la casa de Paul Manafort, exjefe de campaña de Donald Trump, en busca de documentos que podrían probar los nexos del magnate y actual presidente de Estados Unidos con el gobierno de Rusia y su cooperación durante la carrera electoral de 2016 para enlodar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
La información fue publicada por el diario The Washington Post el miércoles 9 de agosto y confirmada ese mismo día a The New York Times por un portavoz de Manafort.
El diario capitalino resalta la importancia de este hecho y lo que podría significar en el complejo caso Rusiagate: “Manafort está en todo el punto de mira de la investigación del caso de connivencia entre Rusia y Trump”.
“Su breve mandato como jefe de la campaña de Trump ocurrió justo cuando las inquietudes sobre la intromisión de Rusia en las elecciones de 2016 se calentaron; él mismo tiene conexiones de primer nivel con los rusos; y toda una serie de tratos financieros escrutados que podrían hacer de él una herramienta útil para los investigadores que buscan cooperación”, dijo el diario.
Tras un día de conocerse la noticia, el presidente Donald Trump le restó importancia, pero lanzó sus acostumbradas críticas contra el FBI, ente con el que —como otros en Virginia y Washington— no ha tenido la mejor relación: “El hecho de que lo hayan despertado incluso en el operativo me pareció una señal muy fuerte. Él estuvo con nuestra campaña poco tiempo, pero me parece una buena persona y me sorprendió mucho que pasara eso”.
¿Qué implicaciones políticas tendría este suceso? En diálogo con EL COLOMBIANO, Patricio Navia, politólogo y docente de la Universidad de Nueva York (NYU) consideró que “da nuevos aires al caso y evidencia su avance gradual pero seguro, al estilo del escándalo Watergate (1973). Esto apunta a un proceso de arrinconamiento paulatino del presidente y de sus aliados más cercanos. La previsión de la justicia estadounidense es que dichos personajes vean que el cerco se está cerrando contra ellos y que, por lo tanto, colaboren para que no sean los que terminen más afectados”.
Para el experto, el impacto del hecho se maximiza si se tiene en cuenta que se da en momentos en los que en política el gobierno Trump luce estancado, mientras que el Congreso se resiste a avalar distintas reformas e iniciativas suyas.