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Pionero del genoma humano refutó el concepto de raza

  • FOTO EFE
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24 de mayo de 2017
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La gran variabilidad genética humana constituye una gran ventaja para la investigación médica y proporciona un sólido argumento contra el concepto de raza y el racismo, de acuerdo con el matemático y genetista estadounidense Eric Lander.

Lander, uno de los principales líderes del Proyecto Genoma Humano (1990-2003) -que logró el mapeo de todos los genes humanos-, señaló que “la mayor parte de la diversidad genética humana es compartida entre poblaciones” de diversas áreas geográficas, si bien “una parte significativa” está dentro de las mismas.

Sobre si esa diversidad representa un obstáculo para la investigación médica, el investigador replicó: “En realidad es muy útil, porque a veces podemos descubrir cosas acerca de una enfermedad en México que no podemos descubrir en Europa porque hay una variación genética en México que incide en ella”.

“Así que el hecho de que las poblaciones del mundo tienen variaciones significa que podemos descubrir cosas distintas mirando a diferentes poblaciones. Si tuviéremos todos una población con el mismo patrón de variación genética solo podríamos descubrir las cosas que son reveladas por ese patrón”, acotó.

En cuanto a la raza, apuntó que es “un concepto muy confuso”.

“Las poblaciones alrededor del mundo comparten la mayor parte de su variación genética. Luego hay variaciones que están más concentradas en un continente, otras en un país y unas más en una ciudad e incluso en una familia. Así que tenemos una gran diversidad, y hay cierta estructura” genética en las distintas poblaciones, expuso.

No obstante, añadió con humor, “si una persona viniera en una nave espacial y solamente viera la genética, no es claro que dividiría a la población en la forma en que nosotros lo hacemos con base en la historia social”.

“Además, la diversidad se refleja a lo largo de todo genoma. Si tenemos a tres personas de España, Japón y África, en algún lugar del genoma dos de ellos estarían más estrechamente relacionados, pero en otro lugar, otros dos lo estarían” debido a la complejo entramado de genealogías de cada persona, explicó el científico.

Por otro lado, expuso que el papel de la genómica -la rama de la biología molecular que estudia los genomas (el conjunto de genes de las distintas especies)- en la investigación médica es parecido al de la tabla periódica de los elementos en química. “Es el fundamento”, dijo.

La genómica es una forma de mirar de una manera integral a todos los componentes de una célula. En cualquier enfermedad que se esté estudiando, uno debe entender cómo los cambios en esos componentes, mutaciones en los genes, los cuales codifican todas las proteínas de la célula, afectan el proceso patológico”, anotó.

En específico, agregó, la medicina genómica “empieza por tratar de descubrir los genes, después trata de descubrir los procesos y sendas en que actúan, luego de dilucidar cómo modularlos y finalmente de desarrollar medicamentos con esa base”.

“Es un arco, y ya está en la segunda o principios de la tercera etapa de este arco”, sostuvo el presidente del Instituto Broad en Cambridge (EE.UU.), proyecto conjunto de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) dedicado al estudio de genómica para las ciencias médicas.

Como ejemplo citó la investigación relativa al cáncer: “Hace tres años no conocíamos ningún gen causante del cáncer. Hoy son cientos y cientos de genes, y podemos ver dentro de la célula cancerosa e identificar las variaciones genéticas que causaron que lo fuera y que nos den un indicio de a qué medicamentos un paciente va a responder frente a otro paciente”.

Lander, quien este martes recibió un reconocimiento de la Fundación Carlos Slim por su aporte a los proyectos médicos de esta organización, indicó que ha trabajado siete años en México en temas de diabetes, cáncer y enfermedades renales.

“Hemos trabajando con muestras de la población mexicana y con miembros de la comunidad científica en México. Ambos aspectos han sido maravillosos; nos han abierto la posibilidad de aprender de nuestros colegas y de las poblaciones mexicanas. Pienso que México es claramente la comunidad científica líder en Latinoamérica, y un lugar fantástico para colaborar”, finalizó.

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