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La caída del precio de las materias primas no solo ha afectado el comportamiento de las economías de Latinoamerica sino que, según un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las condiciones laborales se han deteriorado.
Esto representa un retroceso frente a los avances que en materia laboral se obtuvieron desde mitad de la década pasada y los cuales llevaron a que la tasa de desocupación urbana promedio de la región pasara de 8,7 por ciento en 2006 a 6,9 por ciento en 2014.
Por su parte, la correspondiente tasa de ocupación pasó de 57,6 por ciento en 2006 a 58,8 por ciento en 2013.
Según el estudio de la Cepal-OIT, Colombia fue uno de los países que presentaron los mayores avances en la reducción del desempleo, pues este pasó de dos dígitos en 2006 (13,2 por ciento) a un dígito en 2015 (9,8 por ciento).
De igual forma, el avance en la tasa de ocupación promedia del país ha sido muy destacable ya que pasó de 52,6 por ciento en 2006 a 59,8 en 2015.
Las mejoras laborales permitieron que, en muchas naciones de la región, la pobreza se redujera y que un mayor número de personas pudieran hacer parte de la clase media.
Sin embargo, y como se indica en el estudio, el bajo crecimiento económico de los últimos años “seguirá afectando el desempeño de los mercados laborales de la región durante 2017”.
En particular, la Cepal y la OIT estiman que “la tasa de desempleo urbano regional podría ubicarse en 9,4 por ciento en el promedio del año, lo que representa un alza de 0,5 puntos porcentuales con respecto al 8,9 por ciento registrado en 2016”.
Según el reporte, entre el primer semestre de 2016 y 2017, la tasa de desempleo urbano promedio de Latinoamérica pasó de 9,2 a 10,1 por ciento.
En algunos países, como Brasil, el incremento fue significativo (de 12,4 a 14,9 por ciento). En otros, como en Chile y Colombia, el aumento fue muy ligero, de 7,0 a 7,1 por ciento y de 10,9 a 11,0 por ciento, respectivamente.
De otra parte, en México y Perú, por ejemplo, el desempleo se redujo al pasar de 4,4 a 3,7 por ciento y de 6,1 a 5,9 por ciento, respectivamente.
No obstante, la Cepal y la OIT encuentran que, a pesar del deterioro que presentan algunos indicadores laborales, se constata un menor ritmo en este, lo que “podría significar la luz al final del túnel”.
En el reporte se indica que la debilidad que exhiben los mercados laborales de la región se está reflejando en la calidad del empleo generado.
Así, durante el primer semestre de 2017, el empleo por cuenta propia fue el que tuvo la mayor dinámica, por encima de la creación de empleo asalariado. Además, en varios países de América del Sur se presenta un estancamiento en la creación de empleo registrado.
En estos días la Cepal señalaba que el crecimiento de Latinoamérica en 2017 se estima en 1,2 por ciento. Para 2018, la proyección es aún mejor, 2,2 por ciento.
De concretarse los pronósticos, muy seguramente las dificultades que hoy exhiben los mercados laborales comenzarán a revertirse, lo que deberá representar un alivio muy importante para millones de hogares de América Latina.