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Aunque en cada escalón de las plataformas de la información hoy existe el riesgo de tropezar con posverdades, con noticias fallidas que deforman y trastocan la realidad, es también cierto que la sociedad moderna nunca había tenido tantos medios, recursos y oportunidades para verificar y consumir información fiable y de calidad.
Proliferan las amenazas a esa esencia del periodismo que es la verdad, pero también las oportunidades de desentrañarla y curarla con la paciencia de los viejos artesanos y, a la vez, impulsarla con la vara de una tecnología que ya supera escenas de ciencia ficción.
Ello, en nuestro hemisferio, ocurre en contextos políticos, económicos y sociales dispares, los de las Américas. En el Sur, el Centro y el Norte, en medio de escenarios culturales e informativos que retratan esa diversidad.
Desde hoy, y hasta este domingo, se lleva a cabo la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), un organismo que trabaja por cultivar los mejores valores y pautas del periodismo, sus oficiantes y sus empresas.
Aun con las condiciones singulares de cada nación del continente y sus subregiones, es posible decir que esa América que se funde en sus polos tiene hoy una sociedad mucho más dotada de herramientas y criterios para exigir mayores responsabilidades de la prensa. Y dispone, en paralelo, de una comunidad como la SIP que estimula el desarrollo de las conciencias, habilidades y plataformas necesarias para que el ejercicio de la crítica ocurra.
La reunión de la SIP en Medellín es un reconocimiento a una ciudad que sintoniza con las transformaciones y el cambio, los que ella misma ha logrado los últimos 20 años, con incansable poder de resiliencia y capacidad de gestión, y es una cita para ahondar en los problemas e interrogantes que asaltan a la prensa de una América siempre inquieta.
Hay preocupaciones: México, donde los periodistas sufren las agresiones del crimen organizado, con resultados nefastos: 37 colegas asesinados entre 2012 y 2016, y Venezuela, donde la situación económica encogió el espectro de la oferta informativa, la viabilidad de los medios y donde las acciones del régimen contra la libertad de prensa estrechan garantías y degeneran en censuras y autocensuras.
En el programa de las jornadas de la SIP destacan reflexiones sobre los desafíos éticos para la industria periodística, los premios de periodismo y la innovación, los diarios y sus apuestas digitales, la búsqueda de nuevas audiencias, las garantías a la libertad de prensa, los procesos electorales, la corrupción y la cobertura informativa y los escenarios de crisis como Venezuela.
Esos temas se debaten en una Medellín que se cultiva como ejemplo de inclusión e integración, pero también como centro de convergencia de ciudadanos de todo el mundo que dan universalidad a los fenómenos locales.
Los gerentes y directores de medios de América, muchos de ellos copropietarios de empresas emblemáticas del periodismo hemisférico, convocados por la SIP, reflexionan y avanzan estos tres días frente a las tareas de un oficio asediado, de tanto en tanto, por régimenes y gobernantes enfermos de desmesuras y abusos de poder.
Medellín se complace en rodear y auspiciar estas jornadas, que refuerzan la búsqueda amplia por consolidar una ciudadanía capaz de entender las dinámicas y retos de una prensa a su vez comprometida con la sociedad a la que sirve.