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Nunca se sabe realmente la calidad de un líder, un gobernante y una sociedad en periodos de bonanza, pero cuando las crisis se asoman cada uno de sus gestos y acciones muestran la transparencia de su alma, la fuerza de su carácter y la coherencia de sus ideas.
¿Quiénes son y de qué lado están nuestros líderes? ¿Quiénes son y de qué lado están nuestros gobernantes? ¿Quiénes son y de qué lado está la sociedad? La crisis del proyecto hidroeléctrico Pescadero Ituango nos va a contestar.
Detrás del liderazgo en la coyuntura de Hidroituango han estado el gerente de EPM, Jorge Londoño; el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez; y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, acompañados por las cabezas del consorcio. Ellos han convivido en la zona con sus equipos, tomando una a una quizás las decisiones más difíciles de sus vidas pero con la mente en el norte correcto: primero la vida, luego el ecosistema y, finalmente, el proyecto. En carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos, del miércoles 16 de mayo, dejan ver el riesgo de una tragedia superior a un tema privado y solicitan ayuda. Llama la atención el tono de la carta porque entrelíneas se intuye un diálogo herido, a pesar del importante rol que ha tenido el ministro de Minas y Energía, Germán Arce, y el apoyo del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo. Aquí lo vital es que líderes y gobernantes no descuiden su compromiso con transmitir la verdad de manera transparente y oportuna, ya que son los llamados a traer serenidad, dar línea y poner orden en la tensión del momento.
Señor Presidente: su respuesta a la carta mencionada debe ir más allá de enviar ayuda, recalcar quiénes son los “dueños y responsables de su ejecución” y exigir “mantener adecuadamente informada a la opinión pública”. Usted no puede seleccionar lado, porque usted lo escogió ya, usted fue elegido popularmente, aceptó y juró ser presidente de Colombia, y Antioquia hace parte de esa Nación. No hay duda de que hay personas en la región que han manifestado desacuerdos serios con decisiones de su gobierno, lo cual es parte de una democracia. También es real que algunos de ellos lo han hecho de manera displicente, incluso indecente, faltando al respeto a su persona y a la institución que representa, lo cual es vergonzoso y equivocado, pero usted es el comandante en jefe de este país y su compromiso ante la crisis del proyecto eléctrico y el riesgo de las comunidades aguas abajo es importante. Esta es una oportunidad histórica para tener grandeza.
La sociedad colombiana está llamada también a mostrar de qué está hecha. Existen razones éticas, morales, humanas, medio ambientalistas, económicas, competitivas, etc., para abrazar la crisis y disponer voluntades y conocimientos para que se integren sinérgicamente en la solución. Para quienes desestimen que EPM, una empresa pública que es la séptima compañía más grande de este país con más de 11.000 empleados directos, es un problema suyo, les invitamos a pensar en uno de los mensajes de Leoluca Orlando, alcalde antimafia de Palermo en su visita a Medellín, cuando argumenta por qué debemos combatir la corrupción sistemática: porque “es conveniente” para todos. A nadie en este país le conviene una tragedia y que a empresas como EPM les vaya mal.
¡Basta ya de polarización! ¿Es que no conocemos límite? Líderes, gobernantes y sociedad debemos entendernos en las diferencias. Ya habrá tiempo para evaluar con serenidad lo sucedido, aprender lecciones y asumir responsabilidades. Pero hoy, todos somos Puerto Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia, Nechí, Mojana, etc. Todos somos Hidroituango. Todos somos Colombia..