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No es óptima el agua en cinco cuencas de Antioquia

Con el estudio del CTA para Corantioquia se podrá organizar y proyectar el uso del recurso agua a 10 años. Vertimientos a las fuentes, un problema común.

  • Toma de muestras en una de las fuentes. En ellas también se hizo el aforo del caudal líquido. Un trabajo que busca la preservación adecuada del recurso hídrico. FOTO cortesía cta
    Toma de muestras en una de las fuentes. En ellas también se hizo el aforo del caudal líquido. Un trabajo que busca la preservación adecuada del recurso hídrico. FOTO cortesía cta
04 de enero de 2016
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Por Ramiro Velásquez

A veces el agua hay que dejarla correr, porque está contaminada. Eso fue lo que se encontró en algunas fuentes tras el análisis de cinco cuencas del Suroeste, Occidente, Norte y Nordeste.

En la elaboración de los Planes de Ordenamiento del Recurso Hídrico, el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA) hizo para Corantioquia el estudio del estado actual de las cuencas de los ríos Piedras (Jericó), Aurrá (San Pedro, San Jerónimo, Sopetrán), Guadalupe (Santa Rosa, Guadalupe, Gómez Plata y Carolina) y las quebradas La Sopetrana, en Sopetrán y La Cianurada, en Segovia y Remedios.

Juan Camilo Múnera, coordinador técnico del proyecto, indicó que se tomaron muestras en las fuentes, encontrando contaminación microbiológica en varias de ellas. En una, La Cianurada, de elementos pesados.

En cada una se hizo un diagnóstico ambiental, se analizó la calidad y cantidad de agua, las actividades económicas de la zona y el uso del recurso, para hacer una proyección del recurso a 10 años.

Lo que contamina

La presencia de contaminantes se debe en parte a las descargas de aguas residuales en zonas rurales y urbanas, en donde las plantas existentes no son siempre las mejores.

En la región del Occidente hay turismo, ganadería intensiva y riego, como en La Sopetrana, mientras el área de La Cianurada concentra actividades mineras.

El diagnóstico

En la cuenca Aurrá se obtuvieron muestras de 23 puntos donde se evidenció que la calidad es buena en cuatro fuentes abastecedoras y seis receptoras, y regular en una fuente abastecedora, seis receptoras y cinco puntos de aguas subterráneas. Hay contaminación microbiológica en 19 de los puntos analizados.

En la cuenca de La Sopetrana se tiene una buena calidad en tres fuentes abastecedoras y ochoreceptoras. Es regular en dos fuentes abastecedoras, tres receptoras y una de aguas subterráneas. Se encontró contaminación microbiológica en dos de los 18 puntos analizados.

En la del Piedras el recurso tiene buena calidad en cinco fuentes abastecedoras y 10 receptoras. Tan solo se encontró calidad media o regular en una fuente receptora. En cuatro de los 17 puntos hay contaminación microbiológica.

En la cuenca del Guadalupe tienen buena calidad del agua dos fuentes abastecedoras y 11 receptoras, y es regular la calidad en dos fuentes abastecedoras y cuatro receptoras. En 11 de los 20 puntos hay contaminación microbiológica.

Y en la cuenca La Cianurada, cuatro fuentes abastecedoras presentan buena calidad, mientras en 10 receptoras y cinco de aguas subterráneas la calidad es regular. En tres receptoras, es mala. En siete de los 24 puntos hay contaminación microbiológica, en cinco con materia orgánica y en cuatro, contaminación con mercurio, incluyendo una fuente abastecedora.

La contaminación microbiológica (por coliformes) se debe a la descarga de aguas residuales domésticas sin ningún tratamiento. Esta situación también se presenta por actividades económicas como la ganadería, el aprovechamiento pecuario o por el riego de cultivos y pastos con aguas residuales.

Se encontró que en época normal el recurso no tiene presión, pero en año seco sí. El índice de Uso del Agua revela presión, por ejemplo, en un tramo corto del Guadalupe y el Piedras, por la presencia de hidroeléctricas.

Con la identificación del estado de cada cuenca, sus conflictos, incidencia de las actividades humanas y calidad y cantidad del agua se definirán los posibles usos actuales y futuros en función de las condiciones observadas.

Las cuencas analizadas tienen un área de 980 kilómetros cuadrados, cobijando una población de 71.700 personas.

En la actividad, que incluyó trabajo con las comunidades, se encontró que estas tienen conciencia de la necesidad de cuidar el recurso, que no puede ser solo tema de la autoridad ambiental, informó Marisol Delgado, comunicadora.

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