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El cambio de nombre de VivaColombia a Viva Air fue apenas la primera escala en el proceso de transformación de la línea aérea de bajo costo, que antes de que finalice este año empezará a recibir los primeros siete aviones de los 50 que negoció con el fabricante Airbus, por un valor de 5.000 millones de dólares.
El argentino Félix Antelo asumió el mando de la compañía aérea, que tiene su sede principal en Medellín, quien explica que la participación de la empresa en el mercado aéreo colombiano es de un 15 %, con 3,6 millones de personas transportadas anualmente, y la apuesta es multiplicar esos números.
“Diría que aspiramos a un 25 % 0 30 %, pero no tenemos todavía una meta precisa porque sabemos que el mercado va a crecer mucho dado que la gente vuela poco en la región. Nosotros ayudamos a dinamizar el mercado y sabemos que la competencia también se transforma para atraer a más viajeros”, le dijo Antelo a EL COLOMBIANO.
Con operaciones internas en Colombia y Perú y vuelos entre ambos países y Miami en Estados Unidos, la intención de la compañía es establecerse en otros países. “Estamos enfocados en llegar, en doce o 18 meses, a un tercer país. Mirando oportunidades, hay mercados atractivos, pero por asuntos regulatorios y de competitividad no es fácil ingresar”.
Pese a la intención de expandirse, Viva Air ha tenido inconvenientes con los operadores aeroportuarios en Barranquilla, Cali y Panamá, por lo que ha dejado de atender esos destinos.
En el caso de Panamá, los costos de la tasa aeroportuaria en el terminal Panamá-Pacífico, que pasó de 15 a 35 dólares, incrementó los costos, lo que está en contravía de la política de bajos precios que ofrece la compañía. Para recuperar ese mercado hay acercamientos con el aeropuerto de Colón.
En Cali y Barranquilla, pasó algo similar, y por eso Antelo señaló que en octubre se establecerá una base en Santa Marta, desde donde se activarán vuelos a varios destinos, incluido Cartago en el norte del Valle.