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Cobertura y calidad de educación básica y media y sostenibilidad ambiental son las principales tareas pendientes de Medellín para ser más competitiva.
Así lo señaló el director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (Cepec) de la Universidad del Rosario, Saúl Pineda, como antesala de celebración de una década de su creación y de la publicación del reporte Doing Business del Banco Mundial (ver Dicen de).
La capital antioqueña se ubica en segundo lugar, después de Bogotá, en el más reciente Índice de Competitividad Departamental, entre un total de 26 entidades territoriales, según la última medición de ese think tank, en asocio con el Consejo Privado de Competitividad.
“La buena noticia es que Medellín y los municipios del área metropolitana jalonan los indicadores positivos. Sin embargo, el resto de subregiones de Antioquia permanecen en condiciones de atraso en aspectos clave para el desarrollo competitivo”, dijo Pineda.
Por el lado de Colombia, entre 2007 y 2017 saltó al quinto lugar desde el sexto en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), detrás de Chile y México. Ese estancamiento se debe a que otros países avanzan más rápido en sus puntajes en asuntos como transparencia, infraestructura y logística, así como en innovación del sector privado.
Además, resaltó el académico que surgen en la medición del último año la ineficiencia en el gasto público y la reaparición de dificultades en el manejo macroeconómico por un mayor déficit fiscal y el monto de la deuda pública.
Así también lo sostuvo el docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, Ramón Mesa Callejas, al afirmar que “si en algo habíamos avanzado en últimos años era en estabilidad macroeconómica, pero ahora retrocedemos”.
Un entorno menos competitivo se explicaría por las facturas que han dejado la crisis de del petróleo desde 2014, los carteles empresariales y los casos de corrupción.
En informes de últimos 11 años, citados por el director del Cepec, Colombia perdió 66 posiciones en comportamiento ético de las empresas, al pasar del puesto 47 al 113, entre 137 naciones comparadas.
También tiene dificultades en trámites clave de comercio exterior e importación: procedimientos, tiempo y costos de operaciones, que restan competitividad, frente a sus pares de la Alianza del Pacífico.
Una empresa del país requiere cerca de 112 horas para un trámite de ventas externas, una de los países de América Latina solo necesita 64 horas y una de miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) invierte 12 horas.