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¿Se puede bajar el precio de la gasolina? El tema, descartado en otras oportunidades, está de nuevo en la mesa y lo rescata la Corporación Asociados Estaciones de Servicio de Colombia (AES). La institución cree que es posible reestructurar el esquema del cálculo con la llegada de un nuevo Gobierno Nacional.
Según el director ejecutivo de AES Colombia, Juan Fernando Prieto, la fórmula actual “no es clara ni eficiente. El ingreso al productor (Ecopetrol) debe evaluarse a fondo, así como el tema tributario. Hay que evaluar cómo están beneficiando los componentes, que hoy tiene el esquema, a la economía”.
Recordemos que mensualmente el Ministerio de Minas y Energía fija un precio de referencia no sólo para el galón de gasolina sino también para el Acpm en las 13 ciudades principales del país (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Montería, Bucaramanga, Villavicencio, Pereira, Manizales, Ibagué, Pasto y Cúcuta), siendo el pago a Ecopetrol el que tiene mayor peso en comparación con los otros componentes (ver gráfico).
“Hoy representa más del 50 % del precio total de venta al público. El productor que es Ecopetrol maneja un costo de venta según lo establecido por el mercado internacional, pero el combustible se refina en Colombia”, criticó Prieto.
En efecto. El precio de la gasolina para el productor en Colombia se tasa en función de un referente de la Costa del Golfo de los Estados Unidos, llamado Unl 87, para que al exportar el combustible su valor sea competitivo en el mercado internacional. Sin embargo, para la plaza local, el Gobierno Nacional establece una política de estabilización que sólo permite fluctuaciones entre -3 % y 3 % para evitar que los incrementos del indicador estadounidense afecten en gran medida el bolsillo de los colombianos.
Hay que recordar además que la gasolina es un producto refinado del petróleo, por consiguiente entre más barato esté el crudo más económico saldrá refinar el combustible y, viceversa: entre más costoso se encuentre más caro será el proceso.
Según Bloomberg, el precio del barril de crudo Brent (de referencia para Colombia) que cerró el viernes 27 de abril de 2018 en 74,64 dólares para entregar en junio, ha registrado un aumento de 10,70 % en lo corrido de 2018 desde los 66,65 dólares que registró a principios de año.
Mientras que el WTI alcanzó los 68,10 dólares también para entrega al sexto mes del año y ha tenido un incremento de 12,28 % desde los 60,65 dólares alcanzados el 2 de enero de 2018 cuando empezó a trabajar la bolsa de Nueva York (ver Paréntesis).
Tales números generan reacciones dispares. Contenta, por ejemplo, al ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas, “A mayor precio, mayores serán las utilidades de las empresas petroleras”, dijo el pasado 13 de abril. Pero a otros no tanto, como al exsenador Luis Fernando Velasco, quien consideran que los altos precios del crudo terminan afectando a algunos sectores de la economía.
“¿Por qué? El petróleo es el típico producto que es transversal a toda la actividad económica del país; es decir, si se aumenta su precio genera insumos agropecuarios y transporte caros y, en consecuencia, un alto costo de la vida”, sostuvo Velasco, quien defendió en reiteradas ocasiones ante el Congreso de la República la importancia de bajar el precio del galón de gasolina.
En Medellín el precio de referencia del galón de gasolina se ubica en 9.079 pesos desde el 1 de mayo, un aumento de 100 pesos frente al valor que tiene desde marzo, pues la acostumbrada renovación mensual nunca llegó para abril. El Acpm por su parte se ubicará en 8.458 pesos, un incremento de 88 pesos con respecto al costo del tercer mes del año.
Otro punto que considera relevante Prieto está relacionado con el cumplimiento del Estado en su función de proteger las zonas de frontera y evitar el contrabando.
En ese apartado, coincide con el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles y Energéticos (Fendipetróleo Nacional), Henry Ruíz: “El Estado tiene que extremar controles. El espíritu de la ley no es malo; el problema es la falta de control, y esto es necesario para que el beneficio del combustible llegue de la mejor forma al consumidor final”.
De acuerdo con la resolución 40266 del 31 de marzo de 2017, se establecen los volúmenes máximos de combustibles líquidos excluidos de Impuesto al Valor Agregado (IVA) y exentos de arancel e impuesto nacional a la gasolina y al Acpm dentro de cada municipio reconocido como zona de frontera y su distribución a las estaciones de servicio habilitadas por MinMinas.
En este contexto, en la normativa se fijó que para Cúcuta y su área metropolitana corresponden un total de 320 mil galones/mes y para otros municipios fronterizos como Tumaco, Policarpa, La Paz, Arauquita, Puerto Asís, Tibú, Fonseca y Río Sucio, 220 mil galones/mes.
El otro reto, a juicio del Director Ejecutivo de AES Colombia, está relacionado con el aumento en los impuestos que el sector recauda para la nación y cómo afecta el crecimiento en los despachos de combustibles.
Cifras del Fondo de Protección Solidaria (Soldicom) dan cuenta que si bien durante el 2017 se registró un incremento del 16,9 % de los aportes en impuestos, principalmente, causado por el aumento del IVA y el impuesto al carbono, hubo una desaceleración en las ventas de los galones de combustible, las cuales pasaron de un crecimiento promedio del 15 % entre 2014 al 2016, a un 1,5 % en 2017.
En total, los distribuidores minoristas de combustibles líquidos recaudaron la suma de 6,48 billones de pesos en impuestos, lo que es el 4,75 % del recaudo total para 2017, que fue de 136,5 billones. Esto significó un aumento en casi un billón de pesos en comparación con 2016, cuando el aporte fue de 5,55 billones.
¿Y a dónde van los recursos obtenidos por impuestos? Por sobretasa se financian, por ejemplo, los proyectos de movilidad.
Hay un tema que no se puede dejar a un lado; si se disminuye el precio de la gasolina esa medida podría incentivar el uso de más carros a gasolina y diesel, en un momento en donde las autoridades están tratando de reducir la emisión de gases contaminantes para mejorar la calidad del aire.
Expertos del sector aseguran que el debate está centrado no en el precio de los combustibles sino en su calidad. Esa es hoy la mayor preocupación: ¿Cómo mejorar la calidad de la gasolina? ¿Cómo se puede migrar hacia las energías limpias? En esa perspectiva sería contraproducente, según los consultados, que se abarataran los combustibles de origen fósil