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Estos son los objetivos por lo que Grupo Sura trabajará en 2018

Cambios internos empresariales y políticas que impulsen la productividad, serán claves para la dinámica económica del año que llega.

  • David Bojanini García, preside desde hace once años al Grupo Sura. FOTO Jaime Pérez
    David Bojanini García, preside desde hace once años al Grupo Sura. FOTO Jaime Pérez
20 de diciembre de 2017
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En el primer trimestre de 2018, el Grupo de Inversiones Suramericana (Grupo Sura) revelará la meta grande y ambiciosa (mega) que se trazará para los próximos cinco o diez años.

Así lo expresa, en diálogo con EL COLOMBIANO, David Bojanini García, el presidente de esta multilatina paisa que hace presencia en diez países y que a septiembre pasado reportó activos por 71,6 billones de pesos.

Pero, mientras el conglomerado define los lineamientos estratégicos y los objetivos cuantitativos de las variables del negocio que se quieren alcanzar, Bojanini reconoce que hay por lo menos cinco tareas que se deben ejecutar: consolidar la cultura y los procesos operativos en las empresas adquiridas en los últimos seis años en América Latina, ponerse al día en transformación tecnológica, impulsar la productividad, vigilar la implementación de los acuerdos de paz suscritos con las Farc e impulsar las reformas que necesita el país.

¿Qué balance puede hacerse de un 2017 con menor dinamismo económico y hasta recesivo?

“No podemos decir que 2017 fue recesivo, pero tampoco fue el mejor año. Observamos un buen crecimiento en seguros. En el manejo de fondos de pensiones, Sura Asset Management, tuvo un año bueno en cuanto a su crecimiento en los activos administrados y en la estrategia de crecer el ahorro voluntario en los países en los que hace presencia. Para el sector bancario fue un año difícil para la cartera, pues hubo efectos negativos, entre ellos, que se presentaron condiciones especiales en créditos importantes como los otorgados a Electricaribe, a la Ruta del Sol 2 y a los sistemas de transporte masivo, que generaron problemas, y en cuya gestión se necesitó el concurso del Gobierno para resolverlos. Esperamos que todo eso se defina, porque ha golpeado mucho la cartera de los bancos” (ver Dicen de...).

Pero, ¿queda conforme con el comportamiento de los negocios?

“Operativamente para nuestras compañías fue un buen año y todas crecieron por encima de lo que fue el desempeño de la economía en los diferentes países. Nosotros no nos conformamos con el crecimiento de la economía de cada país. Las empresas tienen que tener el potencial para crecer más, y mucho más en América Latina donde la penetración de los seguros, la banca o los fondos de inversión es muy baja. Hay mucho potencial y tenemos que recordar que hay un crecimiento de la clase media en estos países, y ahí están las posibilidades que debemos aprovechar”.

En 2011 y 2016 se concretaron dos de los más grandes negocios hechos por Sura, la compra de los activos en Latinoamérica de ING y Royal & Sun Alliance Seguros, ¿ya están integradas esas compañías a la cultura empresarial de Sura?

“La consolidación de esas inversiones es un proceso que toma varios años y creo que eso es en lo que más nos hemos concentrado. Seguimos avanzando, pues la inversión que hizo Suramericana al comprar unas compañías de Royal & Sun Alliance Seguros es reciente y este 2017 es el primer año en que operamos plenamente esas sociedades. Esto implica consolidar una integración cultural y la búsqueda de mayores eficiencias, como lo ha hecho Sura Asset Management con las adquisiciones de ING. Lo que queremos es que estas compañías se adapten a nuestros estándares de eficiencia y de hacer las cosas muy bien, para obtener el crecimiento que queremos que tengan estos negocios en los distintos países. Para esto será clave tener mejores tecnologías y más canales, adecuar plataformas digitales para llegarles a los clientes, es decir, que también nos hemos concentrado en la transformación tecnológica”.

¿Cuánto tiempo más tardará esa consolidación?

“Esto toma años, es un proceso que se va viendo, pero toma tiempo. Al aprovechar estas oportunidades, con una penetración tan baja (en seguros, banca, fondos de inversión), se requieren estrategias para ampliar el tamaño de los mercados. Ese es un reto que tenemos: llegar con nuestros productos a más segmentos de la población y que no nos quedemos en los estratos más altos, sino llegar a los estratos medios de la población. Para lograr esto hay que invertir tiempo y dinero”.

Y allí entra la transformación tecnológica que mencionó...

“Tenemos que reconocer que vemos un mundo cambiante a una velocidad tremenda, con tendencias muy significativas como la hiperconectividad. Hay temas como la analítica, la inteligencia artificial, la robótica y todo esto que llaman la cuarta revolución industrial. Todo eso está llegando al país y a Latinoamérica, por eso tenemos un proyecto para empezar a familiarizarnos con esas tecnologías y a adoptarlas dentro de nuestras empresas. Venimos desarrollando capacidades de analítica, porque si algo tenemos valioso en estas empresas son los datos de millones de personas, pero con estos, si hacemos buena analítica, podemos conocer a nuestros clientes y servirles mucho mejor, darles lo que ellos necesitan a través de los canales por los que más fácil les podemos llegar”.

Con esos saltos que todos los días da la tecnología, ¿en qué horizonte se podrá decir que Sura dio el giro hacia la cuarta revolución?

“Hay que hacerlo muy rápido, porque la quinta revolución industrial esta a la vuelta de la esquina, y la manera de lograrlo es mediante alianzas con las que podamos poner el conocimiento que tienen otras empresas al servicio de las nuestras. Eso es lo que estamos haciendo, a lo que le estamos apuntando, a apalancar la tecnología en nuestras empresas a través de alianzas con empresas fintech (empresas que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para crear y ofrecer servicios financieros) que hoy son líderes en el mercado mundial”.

Y, ¿Sura sigue con el radar encendido mirando nuevas posibilidades de negocio?

“Nosotros en este momento pensamos que ya tenemos un posicionamiento regional bastante interesante e importante. Somos uno de los grupos multilatinos tal vez más reconocidos. Nuestra marca ya está posicionada en México, Chile, Perú, y la estamos posicionando en Argentina, en Brasil, en Uruguay. Hoy no estamos mirando inversiones en otros países y, si llegamos a hacerlas en alguno de estos países donde ya estamos, serán inversiones menores para acabar de completar un portafolio de productos y servicios”.

El aumento de la productividad, ¿pasa por la transformación tecnológica?

“¿Cuántas empresas colombianas están al día en tecnología? La productividad, en parte, la da la tecnología. La manera como se definen los procesos también, porque si los procesos los hacemos muy complicados es muy difícil ser productivos. Entonces, aquí hay que mirar cómo simplificar esos procesos. Tener una normatividad o regulación también simplificada ayuda a que las empresas puedan hacer las cosas más fácil, pero, muchas veces, toda la tramitología se nos vuelve un problema. Se ha trabajado mucho en reducir tramites, pero todavía tenemos un camino largo que recorrer en ese sentido, pues las normas deben incentivar la inversión en renovación tecnológica”.

Hace un año entre las expectativas que tenía el país estaba la reforma tributaria, ¿hoy cuál es la inquietud?

“Pienso que la reforma tributaria era necesaria para poder cubrir o ajustar el tema fiscal del país. Tenemos una regla fiscal y una disciplina que cumplir y se necesitaba incrementar el ingreso tributario. Sabemos que parte de lo que salió de esta reforma tributaria era la modernización tecnológica de la Dian para poder combatir la evasión y en ese sentido sabemos que hay un proyecto ambicioso que se viene ejecutando para mejorar la capacidad tecnológica de esta institución, y que en los años futuros podremos ver un mejoramiento en el recaudo de impuestos por vía de la reducción de la evasión. Lo otro es que el país debe tener una solvencia fiscal que requiere de un manejo muy juicioso del gasto y de las transferencias para que el dinero que se invierta realmente esté enfocado en lo que el país necesita, a los programas sociales, a mejorar la educación”.

Pero, hacen falta reformas...

“Una reforma que definitivamente se necesita y que yo no creo que se pueda aplazar más es el de las pensiones. Es un tema delicado por muchas razones, y la principal es que la cobertura es muy baja. No podemos seguir pensando que tenemos dos regímenes pensionales compitiendo entre ellos, en una competencia que no le está generando ningún beneficio al país, que está aumentando el costo fiscal, dándoles subsidios a las personas de mayores ingresos y que por los requisitos que tiene no permite que las personas de menores ingresos puedan aspirar a tener una pensión. Hay que empezar a trabajar, en unificar un solo régimen, en tratar de que los subsidios únicamente estén enfocados en las personas de menores ingresos, como debe ser en cualquier economía, y no otorgar subsidios regresivos que lo que generan es altísimos costos con un daño tremendo a la deuda pensional del país. Por otro lado, aunque nuestro sistema de salud, con la Ley 100, cubre a muchas más personas en el país y podemos decir que se aspira a una cobertura universal, estamos viendo muchos problemas en los regímenes contributivo y subsidiado. Un caso que requiere atención inmediata es el caso de Savia Salud en Antioquia, donde esta EPS que atiende a más de 1,5 millones de personas requiere de varias cosas: una capitalización urgente por parte de los socios que son la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín y Comfama, así como de una administración mucho más eficiente. Pero, no es esta EPS la única que tiene problemas en Colombia, estamos viendo el caso de Medimás, y muchas otras. El sistema de salud no requiere una reforma, sino una reorganización para que lo que tenemos como ley que es bueno, funcione bien” (ver ¿Qué sigue?).

El mes pasado se cumplió el primer año de la firma del acuerdo de paz con las Farc, ¿cuál es el rol de los empresarios de cara al posconflicto?

“Nosotros, un grupo de empresarios, mucho antes de que terminara la negociación en La Habana, decidimos unirnos para hacer propuestas y no ser actores pasivos en todo este proceso. Desde Proantioquia en alianza con la Universidad Eafit y la Andi, mientras se estaba negociando, pasamos muchas propuestas frente a los diferentes capítulos de los acuerdos. Con algunas de ellas logramos, por lo menos, ser escuchados por el Gobierno y por la mesa de negociación, y algunas fueron aceptadas. Después de que se firma el acuerdo, creamos el Consejo Empresarial para una Paz Sostenible, que se reunió todos los miércoles, durante 37 semanas este año, para analizar los proyectos de ley que el Gobierno estaba sacando para la implementación de los acuerdos. Revisamos que esos proyectos se ajustaran a lo que se negoció en La Habana, que no excedieran lo negociado y que no pretendieran cambiar el modelo económico del país, y que verdaderamente respetaran la institucionalidad. Le quiero decir que fue bastante difícil el trabajo que tuvimos ahí, y en muchos casos nos escucharon y se corrigieron los textos de esas iniciativas. Creo que este papel activo que tomamos los empresarios fue muy valioso para que en este proceso de implementación de los acuerdos no se excediera el texto y que no pretendieran, en el caso de las Farc, tratar de seguir negociando en la época de implementación. Los acuerdos se cerraron hace rato y, desafortunadamente, en algunos temas se trataba de ir más allá. En eso fuimos muy estrictos los empresarios”.

¿Lo que se aprobó por la vía del fast track dejó tranquilos a los empresarios?

“Lo que se logró hacer por el fast track no fue todo lo que se necesitaba, pasó lo de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que era importante, pero hay temas que todavía están pendientes. Esto no quiere decir que muchos de los temas de los acuerdos no se vayan a discutir en la legislación ordinaria, y será responsabilidad del Gobierno seguir presentando lo que esté faltando para cumplir. Será el Congreso quien juzgue que aprueba y que no aprueba”.

¿El Consejo Empresarial va a seguir vigilante?

“Seguiremos trabajando, porque tenemos que velar porque se respete la institucionalidad del país y el modelo económico bajo el cual ha venido operando el país y que no fue motivo de discusión en esos acuerdos”.

¿Cómo califica la función que están ejerciendo a través de este Consejo?

“Esta experiencia ha sido muy valiosa para que el sector empresarial se una y haga valer su posición como una de las fuerzas más importantes para el desarrollo económico. Sin empresas un país no existe, no puede desarrollarse y no va a tener recursos para atender lo social ni impulsar el desarrollo. Fue de la mayor importancia que se creara este Consejo”.

¿Hay alguna inquietud por el hecho que los desmovilizados puedan participar en política sin pasar por la JEP?

“Lo único que puedo decir con respecto a eso es que hay un texto de los acuerdos que debe ser interpretado como está establecido y que se debe cumplir tal como está. Yo no me voy a meter hoy en esa discusión, pero creo que ahí está muy claro cómo se debe hacer y eso hay que respetarlo”.

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