El bajón del sector constructor antioqueño

El golpe de la economía nacional llevó a una caída de 6,1 %, solamente para venta de vivienda nueva en 2017.

Foto Colprensa

Definitivamente no fue un buen año para la construcción en Antioquia (y el país). Caídas del 10 % en la oferta residencial al pasar de 23.058 en 2016 a 20.672 durante el año pasado, y en volumen de ventas: pasar de 4,6 billones de pesos, a 4,3 billones (-6,1 %), supone una serie de retos que el sector ya empieza a vislumbrar, así lo informó la Cámara Colombiana de la Construcción de Antioquia (Camacol).

Ante este panorama, las perspectivas de crecimiento para Camacol en términos de construcción de espacios residenciales y no residenciales proyectadas para 2018 son altas. La meta, según lo explicó Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia, está en disponer de 4,2 millones de metros cuadrados licenciados para construcción entre edificaciones de vivienda y no vivienda en el departamento.

Así mismo, el directivo indicó que según planeaciones de la agremiación, se espera que el número de viviendas vendidas esté entre 23.000 y 23.500 para cuando termine este año, eso, aumentaría en más de 1.000 viviendas, sobre la cifra que se registró a cierre de 2017 (ver Radiografía).

“Estos resultados los esperamos pero sin duda el mejoramiento de la economía local nos permitirá ser más positivos frente a cierre de año. De otro lado, en lo que se refiere a inicios de obras residenciales, esperamos que 2018 termine con cerca de 24.000 unidades, esto debido a que en el primer semestre de 2018 se iniciarán obras que hacen parte de los planes de desarrollo territorial de las distintas zonas de Antioquia, sólo se inaugurarán hasta 2019”, indicó Loaiza.

2017, un año complejo

Los números son preocupantes: solamente para el caso de las ventas anuales de vivienda nueva, la región llegó a 3.093 casas menos que el año pasado (25.379 para 2016 y 22.286, en 2017).

El bajo crecimiento en el Producto Interno Bruto del país (1,8 %) y una sensación de desconfianza en el sector, minaron los planes de constructoras que en al región buscaban llevar a cabo, tanto edificaciones residenciales, como no residenciales.

“Todo ese contexto macroeconómico del país pega y duro. Pero estará en el mismo gremio la capacidad de solventar las dificultades y dar con las nuevas metas. Es que uno se pone a mirar y por la misma coyuntura, los jóvenes que ya buscan independizarse de sus padres, prefieren esperar; o incluso los recién casados ven como una mejor opción arrendar algo no nuevo y no exponerse con un inmueble recién construido”, dice Carlos Arango, presidente de la Constructora Bolívar.

Si se va al detalle de lo que ocurrió con la venta de casas nuevas, los municipios principales del departamento caen considerablemente: Medellín 22 %, Sabaneta 20 %, el oriente de la región 4 %, Envigado 37 %, Itagüí 3 % y La Estrella 16 %.

El único municipio que presenta cifras positivas en ese aspecto es Bello, que creció 12 %, al pasar de 5.575 viviendas vendidas en 2016 a 6.247 durante el año pasado.

Sobre el fenómeno Bello, Martín Pérez, presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI), dice que el hecho de que el municipio no decrezca se debe en gran medida a la ausencia de un problema de tramitología. “Bello ha logrado como municipio una dinámica interna, ha simplificado los trámites para que licencien los procesos. La zona no tiene tantas complicaciones como el resto de municipios del Valle de Aburrá, donde sí se dificulta la inversión del sector privado”.

2018 empezó con sintomas de recuperación económica, por eso el directivo de Camacol Antioquia concluyó diciendo que la región tiene serias oportunidades de mejorar en todos los aspectos y que se espera, que para 2019, los metros cuadrados licenciados para la construcción tanto para espacios residenciales, como para los que no lo son aumenten.