Comfama le saca jugo a internet y sus usuarios ahorran plata y tiempo

Usuarios de la web se ahorran 17,6 millones de horas de su tiempo y $48.095 millones.

David Escobar, director de Comfama, dice que la meta de la caja es afiliar un millón de trabajadores rurales. FOTO m. saldarriaga

Germán Jiménez Morales

30 de agosto de 2017

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Las cifras son tan impresionantes que resulta difícil no comenzar hablando de ellas. Según Comfama, este año sus servicios en línea o mediante internet han tenido más de 12 millones de usos.

Para los afiliados a la caja de compensación antioqueña, eso ha significado, en tiempo, un ahorro de 17 millones 634.884 horas, que han podido dedicar al disfrute de sus familias; y en plata, la economía asciende a 48.095 millones de pesos.

Para que tengan una idea de lo que eso significa, el ahorro de tiempo es equivalente a 734.786 días, o a 24.492 meses, o a 2.041 años o a 20 siglos. Y en dinero, con un monto como ese se podrían levantar 320 viviendas de 150 millones de pesos, cada una.

David Escobar Arango, director de Comfama, corroboró las cifras y reconoció que él mismo sintió gran curiosidad al verlas. La situación actual dista mucho de la vivida hace 10 años, cuando la mayoría de los trámites de los afiliados eran presenciales. En la actualidad, el 77 % de sus servicios se ofrecen en línea.

Dicho de una manera simple, hay más de 100 servicios a los que pueden acceder los usuarios desde un computador, tableta o celular. Se tiene que en el 60 % de los servicios en línea el tiempo de respuesta es de un minuto, como consultar el estado de cuenta de un crédito. El 30 % son procesos más complejos, que demoran en promedio dos minutos. Y el 10 % restante son más demorados, entre 30 y 50 minutos, como, por ejemplo, postularse a un subsidio familiar de vivienda.

El directivo explicó que, por contraste, quien realiza esos trámites en forma presencial, debe como mínimo hacer dos viajes en bus, que le valen 4.000 pesos y demoran 68 minutos; pedir permiso en la empresa, cosa que no es fácil para quienes cumplen labores operativas; y esperar 20 minutos para que lo atiendan. En la web lo hace más rápido y con cero costos.

Escobar Arango –ingeniero de producción de la Universidad Eafit y magíster en Administración Pública de Harvard– indicó que el servicio en línea estrella es el de matrículas para los cursos. Cada trimestre se hacen 210.000 y el 62 % de los asistentes usa la web para inscribirse.

Cuando las empresas tienen una buena plataforma tecnológica, diseñar este tipo de servicios online es más tema de creatividad y de alianzas estratégicas que de dinero. Los últimos tres que Comfama puso a disposición de los usuarios le costaron 200 millones de pesos.

Evítese las colas

La tienda de parques es uno de ellos. El director de la caja puso como ejemplo el de Rionegro, que este año visitarán 1,2 millones de personas, el de mayor afluencia. Un buen domingo pasan por ahí 8.000 personas. Si es puente, la espera en la fila puede quitarle al usuario hasta hora y media de disfrute del parque. Si la persona decide comprar por internet la entrada, se demorar en ese trámite 15 minutos y, al llegar al centro de recreación, ingresa por una fila preferencial, descongestionada.

Este servicio está en fase piloto. De unas 300 personas que lo han utilizado, el 63 % son trabajadores que devengan menos de dos salarios mínimos.

Lea libros gratis

El servicio de biblioteca virtual, un convenio con la Red de Bibliotecas de la Fundación EPM, permite poner a disposición de los usuarios 3.000 libros y audiolibros. Estos textos se pueden bajar a su dispositivo electrónico, le dan un plazo para leerlo de 21 días, con opción de renovación, y vencido el plazo, se borra de su computador. Esa es como la forma de “devolverlo” para que otros lo disfruten.

En esta fase experimental le puede ocurrir lo mismo que en una biblioteca clásica: si el número de ejemplares disponibles en línea de un título está copado, lo ponen en una lista de espera. “PNL, programación neurolongüística”, de Clara Redford, tenía ayer en espera a 63 interesados. En cada caso, mire bien el número de ejemplares disponibles y haga cuentas para que estime cuándo le llegará su turno de leerlo.

El director de Comfama explicó que por cada libro que se tiene disponible la entidad debe pagar unos derechos. El número de ejemplares disponibles varía, de acuerdo con la misma demanda que tenga el texto. La idea es que si hay 50 personas interesadas en un libro digital, en cuestión de dos semanas lo tengan disponible.

Consejos en línea

El 1Doc3 se podría describir como una especie de “doctor en línea” que puso Comfama a disposición, inicialmente, de pacientes de riesgo cardiovascular. En línea se puede acceder a más de 100.000 preguntas y respuestas, que les podrían evitar a las personas tener que acudir a centros de salud o a servicios de urgencia.

En Antioquia, Comfama opera centros de salud para 710.000 afiliados de Sura. Es usual que a ellos lleguen personas que van por un dolor de cabeza, porque no entienden una receta o por dudas frente al medicamento que le mandaron. En 1Doc3 es probable que encuentre una solución al respecto. El servicio se presta las 24 horas del día. Si no encuentra una respuesta para su inquietud, en 24 horas se la resuelven.

Para seguir desarrollando este tipo de servicios, la caja requiere de buena salud en sus indicadores. Al 31 de julio, Comfama recibió por el 4 % de los aportes 443.000 millones de pesos, con aumento del 11,6 % frente a igual período del 2016. Tienen 1 millón 96.000 afiliados –con incremento de 4,3 %– que con hijos y personas a cargo llegan a 2,4 millones de beneficiarios.

De las actividades que más le gustan a Escobar Arango es avanzar en la meta de tener, en una década, un millón de trabajadores afiliados por fuera del Valle de Aburrá. Ya registran 140.000. A ellos les llegan con un amplio paquete de servicios, que incluye los parques recreativos, cuyo número será de 11 en el 2018.

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años se ahorraron este año en tiempo los afiliados con el uso de servicios en internet .

140

mil afiliados por fuera
del Valle de Aburrá tiene la caja de compensación.