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Con la compra de la alemana Bayer y la estadounidense Monsanto (mayor productor de semillas del mundo), la alemana se convierte en un jugador importante en la producción de semillas en el país. Sector que el año pasado tuvo ingresos cercanos a los 222 mil millones de pesos (ver Radiografía), según datos de la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas).
Bayer, que ya tenía operaciones en el país con soluciones para el sector agrícola, se fortalece en un mercado que cayó en producción de toneladas de semillas (algodón, arroz, frijol, maíz papa, sorgo y soya) entre 2016 y 2017, al pasar de 39.409 a 36.983, según lo reportó Acosemillas.
La unión que se venía gestando desde hace dos años y tuvo serios problemas para llegar a buen puerto, fue frenada por varios de los 150 países donde opera Monsanto, quienes vieron con malos ojos la adquisición, pues suponía el paso a un monopolio del mercado.
En Colombia, por ejemplo, la Superintendencia de Industria y Comercio condicionó el movimiento empresarial, avaluado en 63 mil millones de dólares, a que la nueva empresa vendiera el negocio de semillas de sandía en el país. Se refería al manejo de la marca Nunhems.
La empresa se hará fuerte en la producción y certificación de otro tipo de semillas. Las de arroz serán vitales para la firma. Según cifras del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el número de hectáreas alcanzó a ser de 448.418 durante el año pasado y “podrían crecer considerablemente. Es un mercado con oportunidades, pero se requiere de mucho cuidado, pues recurrentemente con este tipo de uniones lo que termina por pasar es que se convierten en monopolios económicos”, afirmó Giovanni Reyes, profesor experto en empresas de la Universidad del Rosario.
Sobre este tema, la Comisión Europea ya dijo que las operaciones que lleve a cabo la nueva división de Bayer estarán restringidas para la producción de semillas de algodón y de arroz, esencialmente como medida para que se proteja la libre competencia y se evite la conformación de monopolio.
Según le dijo Monsanto a EL COLOMBIANO, el Departamento de Justicia de Estados Unidos para aprobar la transacción la condicionó, esta compañía operará como un ente independiente a Bayer durante un período interino mientras la compradora completa la venta de algunos de sus negocios a Basf (experta en químicos, entre otros). Durante este periodo, Monsanto seguirá trabajando de forma habitual.
Alejandro Useche, miembro principal del Comité Académico del Autorregulador del Mercado de Valores y catedrático del Rosario, añadió que es vital mirar lo que hagan las empresas con la certificación de semillas.
“La variedad de semillas en el mundo ha disminuido bastante debido a que Monsanto se lanzó a comprar el producto con miras a modificarlo genéticamente para que se adaptara a agentes químicos, esto sin duda restringió la adquisición de la semilla y los pequeños productores debieron someterse a lo que hicieran las grandes empresas. Es una de las críticas más grandes a la empresa”, afirmó Useche.
Sobre este tipo de acusaciones, voceros de Monsanto aseguraron que: “A nivel mundial existen miles de compañías proveedoras de semillas de maíz, de las cuales, Monsanto es una de ellas. Nuestro compromiso con los agricultores tiene su base en la convicción de que son ellos quienes deben elegir libremente, las herramientas que mejor les convengan para alcanzar sus objetivos”.
Bayer dio a conocer, que “Monsanto no será tenido en cuenta como nombre producto del cambio”, que tendrá como controlante al gigante alemán, a través de un comunicado de prensa.