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Aunque Urabá fue un cielo roto, el banano sufrió poco

En 10 días cayó el agua de todo un mes. Relimpia del río León evitó mayores tragedias.

  • Con una draga china, la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) viene limpiando el río León. FOTO CORTESÍA AUGURA
    Con una draga china, la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) viene limpiando el río León. FOTO CORTESÍA AUGURA
18 de septiembre de 2017
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“El daño pudo ser peor”, exclama Juan Camilo Restrepo Gómez, presidente de Augura, cuando se le pregunta por el impacto que sobre la producción de banano han tenido las fuertes lluvias que le dieron la bienvenida al mes de septiembre.

Según el vocero de la Asociación de Bananeros de Colombia, en los primeros diez días de septiembre de 2017 cayeron 280 milímetros de agua en la zona bananera, especialmente en Chigorodó y Apartadó. Eso significa 100 milímetros más que el registro de todo septiembre de 2016.

Una persona murió y, según la Oficina de Prevención y Atención de desastres de la Gobernación de Antioquia, 305 familias resultaron afectadas por semejante temporal.

Las actividades productivas también fueron impactadas, pero de manera leve. Restrepo Gómez señala que de 35.000 hectáreas sembradas de banano en Urabá, solo hubo daños en 25.000 matas, cultivadas en 18 hectáreas. También se inundaron 300 hectáreas, pero eso no incidirá en su producción, debido a que el agua siguió su curso en las posteriores 24 horas.

Para el dirigente gremial, una de las razones por las cuales los daños no fueron mayores, es la operación de relimpia del río León que, desde hace siete meses, viene realizando Augura. En total se han sacado de sus aguas 30 toneladas de basuras, incluyendo neveras, televisores y cuanto residuo se pueda imaginar.

En liberar de basura al río y concientizar a las familias para que no contaminen, se invirtieron 3.000 millones de pesos. El gremio está en la tercera fase, para la cual invirtió 1.500 millones de pesos en la compra de una draga que funcionará las 24 horas del día, moviendo sedimentos del río León y sus afluentes.

El río tiene una profundidad media de 1,20 metros y la idea es llevarla a 4 metros. Así, cuando llueva a cántaros, no se presentarían desbordamientos que comprometan la seguridad de las familias y las plantaciones de banano .

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