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Medellín, ciudad difícil para caminar

Aceras con obstáculos, inconclusas, angostas u ocupadas por vehículos. El Poblado, uno de los barrios más críticos para el peatón.

Medellín, ciudad difícil para caminar
27 de marzo de 2017
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Caminar disfrutando, no por necesidad. Hacerlo con placer. En Medellín son escasas las zonas donde se logra: Carabobo, Junín, la 70 o los paseos urbanos de Andalucía y la comuna 13. Esta ciudad no es viable a pie. Esa es la apreciación de expertos y autoridades.

De los 7 millones 255.000 metros cuadrados de espacio público efectivo que tiene la capital antioqueña, 3 millones 690.635 metros cuadrados son para andenes. Sin embargo, acepta la Alcaldía, el 30% están deteriorados o son casi inexistentes.

El reto del gobierno local no es menor. Antes del año 2020 deberán ser reparados y adecuados 540.000 metros cuadrados de aceras, aquellas como tantas, inconclusas, sin descansos, angostas, oscuras atestadas de obstáculos o suspendidas por una construcción o el muro de una propiedad privada.

Medellín difícil de caminar

André Marie Bourlon no se cansa de admirar los logros que, de la mano de la arquitectura, evidencia Medellín con su transformación social. Es una autoridad mundial en el tema. Director general de la Agencia Parisina de Urbanismo, tiene a la ciudad colombiana como referente; también le hace reparos a su preferencia por los vehículos motorizados, sobre el peatón.

El francés Marie Bourlon padeció la dificultad para caminar en Medellín. Estaba en El Poblado, recuerda, y tuvo que esperar 3 minutos a que el semáforo peatonal le diera paso.

“En París, por ejemplo, está prohibida una espera de más de 40 segundos para el peatón”, dice, indignado, confundido por la inconsciencia de aquellos que cuidan el metro como un tesoro y que sacan pecho por tener el mejor vividero de Colombia.

A Medellín lo que le hace falta es darles más espacio a los peatones, insiste el experto, y no solo en los centros históricos, sino en toda la ciudad.

Y es que es paradójico. La movilidad humana es uno de los modos de transporte más usados y es el que ofrece menos garantías.

En París (Francia), revela Marie Bourlon, el 61 % de los trayectos se hacen a pie. En Medellín el 26,1 % de la población utiliza la movilidad humana como forma de desplazarse hasta su destino.

“Estaba alojado en el parque Lleras y teníamos un evento en Eafit. A pie son 25 minutos, es la misma distancia de mi casa hasta mi trabajo en París, y siempre voy a pie. En cambio de la universidad a ese lugar en El Poblado, fue casi imposible”, recuerda.

Carruseles y calles complejas de atravesar, polución que hacía difícil respirar. Ruido insoportable, rememora el extranjero, vivió aquella vez.

La movilidad humana luce como un asunto secundario, lamentan urbanistas que se atreven a decir que el déficit de andenes en esta Medellín modelo de innovación social, tan aplaudida por su desarrollo, supera el 60 %.

Corregir errores del pasado

Aunque los esfuerzos de las últimas cuatro administraciones han sido importantes, no fueron suficientes y ahora hay que corregir los errores de un pasado que priorizó la urbanización a una planeación que estructurara equipamientos aptos para el peatón.

César Hernández, director de Planeación Municipal, cree que la ciudad perdió 30 años privilegiando la densificación y no pensando en una urbe que creciera en función del espacio público y la movilidad peatonal.

El punto de quiebre para olvidar al peatón sucedió a finales de los 90 y principios del 2000, considera el funcionario. Atribuye esa situación a un modelo de ciudad tomado de la escuela americana.

“En Estados Unidos se privilegia la industria automotriz y la movilidad en vehículos motorizados. En Europa es al revés. Se prioriza el sistema de transporte masivo, el peatón y bicicleta. El tranvía y el ferrocarril de Antioquia se acabaron hace 60 años, por la influencia americana. Hoy nos dimos cuenta de que fue un error histórico”, comenta.

Entre 2008 y el 2016, en Medellín, los gobiernos invirtieron en reparación y construcción de 454,72 kilómetros de andenes 134.162 millones de pesos. Solo el año pasado los recursos girados para ese fin ascendieron a 24.019 millones de pesos.

Para este año la administración tiene un presupuesto para infraestructura física, dentro de lo que estaría andenes, de 756.024 millones de pesos. Sin embargo no es clara la destinación de recursos para la construcción de andenes y estos, inicialmente, se dejan como obligación a los constructores que desarrollen planes parciales.

“La visión 2020-2030 pone a la ciudad a tener 33 millones metros cuadrados de espacio público efectivo. Tenemos un reto de hacer dos veces más de lo que tenemos hoy”, acota Hernández.

Otro enemigo del peatón en Medellín, es la invasión del espacio público. Giovanna Spera, profesora del Instituto de Estudios Metropolitanos y Regionales, de la Universidad Pontificia Bolivariana, explica que antes de adecuar el espacio falta formación ciudadana.

“No hay respeto por el peatón, la gente parquea los carros donde puede. Hay una ocupación indebida del espacio que impide caminar, eso aparte de la topografía y la infraestructura, que no está completa”, recalca.

Spera pone el dedo en llaga al referirse a lo que los peatones se encuentran en los espacios para caminar de Medellín: vehículos, obras de construcción privadas, escombros. “Es un tema de cultura ciudadana, de respetar el espacio del otro. No pensamos en ancianos, niños, llevar el mercado, un coche con un bebé. Esta ciudad tiene que ser accesible para todos”, apunta.

Pero, ¿qué tanto protege la ley al peatón? Si bien el Plan de Ordenamiento Territorial exigió la publicación de un manual, que existe, hay vacíos y no define un modelo estandarizado de espacio público para andenes.

“Deja unos lineamientos mínimos: que sean concertados que haya versatilidad, el diseño debe ser universal, económico. Ahí empieza el tema de que este manual le deja libertad a los diseñadores para crear espacio público de andenes. Contempla que sean sostenibles, seguros, sin huecos, vacíos y que tengan opción de ser reparados”, enfatiza, el Director de Planeación.

El Poblado, mal para peatón

Una de las situaciones más críticas para el peatón en Medellín está en El Poblado, según Jorge Hernán Salazar, arquitecto, investigador y docente de la Universidad Nacional en urbanismo, no obstante destaca de esa zona la recuperación de andenes en la Milla de Oro.

“Son un intento de crear un recorrido para ver edificios de oficinas y bancos. Es interesante porque ofrece la posibilidad de moverse a pie. Lo que pasa es que es corto y no tiene continuidad. Si quiero caminar y llegar al Parque de Berrío, que me parecería encantador y es cerca, no lo lograría porque es árido”, anota.

Para Salazar, lo que sucede en El Poblado, de manera preponderante, se replica en otros puntos de la ciudad. “No hay ni por donde andar, ni trotar, ni pasear un perro”.

Agrega que salir a andar sin destino es maravilloso, y cuestiona que el diseño de los peatonales , los espacios de las pausas, del ‘paisajear’, no hacen parte legítima del sistema.

“Eso es terrible porque cuando uno intenta crear un espacio de estancia, como una pausa ideal, a veces se encuentra que escasea el mobiliario, la sombra. Buscamos que nadie tropiece, pero que bueno sería que regalen otras cosas”, dice.

En algunas lomas de El Poblado, con vivienda de calidad y estrato 6, los espacios para caminar son mínimos. Allí se evidencias los errores de una mala planificación.

En la loma de Castropol, en la calle 11 B con 40 a 130, por ejemplo, un poste interrumpe el tránsito en el angosto andén. En la misma vía con carrera 40 - 105 no hay andén. Sucede también en la calle 18 D con 41 y en la 19 con 42. Andenes precarios y zonas de El Poblado donde las personas caminan por la calle, esquivando carros y motocicletas.

“Uno se va para las lomas y no existen parques. Solo pequeñas expresiones urbanas en la loma del Garabato y el Chispero. Eso es consecuente con el modelo de ocupación que decía que los ricos no salen a parques. Hoy, la gente allí reclama andenes rutas camineras, plazas o plazoletas para tener lugar verde. La última Unidad de Vida Articulada (UVA) de El Tesoro demostró que la zona es capaz de absorber espacio público de calidad”, aclara Hernández.

De ricos y pobres, todos confluyen a la hora de caminar. Sin estratos, estudios ni cargos. Vivir la ciudad, contemplarla a plenitud se hace mejor, y de manera más saludable, a pie. Ese es el sueño de todos y hoy sigue truncado.

95,6
metros cuadrados de andén se hicieron o repararon en 2016. En 2015 fueron 185,2.
Infográfico

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