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Controversia con Correa acentuaría viraje de Lenín en Ecuador

Amplios sectores del espectro político celebran el pragmatismo del gobierno ecuatoriano, y no ven amenazada la hegemonía de Alianza País.

  • Hace tan solo 60 días que los dos líderes de la izquierda ecuatoriana se mostraran unidos en el traspaso presidencial, pero las diferencias se acentuaron hasta chocar en Twitter. FOTO reuters
    Hace tan solo 60 días que los dos líderes de la izquierda ecuatoriana se mostraran unidos en el traspaso presidencial, pero las diferencias se acentuaron hasta chocar en Twitter. FOTO reuters
20 de julio de 2017
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No han pasado dos meses desde que Lenín Moreno asumió el poder en Ecuador, y la Alianza País (Patria Altiva I Soberana) empieza a mostrar fisuras. No es simplemente que se trata de un nuevo gobernante con otro estilo, es que el propio expresidente Rafael Correa reitera críticas contra su sucesor e incluso habla de una “mediocre” forma de conducir los destinos del país hermano.

“Entrega sede por 100 años a Conaie (una organización indígena), otro innecesario desaire a mi gobierno. Estrategia de ‘diferenciarse’ no solo es desleal, es mediocre”, afirmó Correa el pasado 5 de julio en su usualmente activa cuenta de Twitter.

El mandatario Lenín, por su parte, respondió en la misma red con un tono medianamente conciliador: “El diálogo continúa. Seguimos empeñados en reconciliar al país. Para el odio, no cuenten conmigo”. Pero un día después, subió el tono hasta la ironía: “Síndrome de abstinencia: reacción provocada por la suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia, como el azúcar, el alcohol, las drogas... o el poder”.

Correa continuó criticando al actual gobierno en entrevistas y en Twitter, esta vez mermando un poco el nivel de sus críticas: “Todos creemos en el diálogo, nuestra Revolución es una de amor, no de odio, pero jamás debemos olvidar con quién nos sentamos a la mesa a riesgo de legitimar a los que saquearon a nuestro país, desaparecieron a nuestros niños, ultrajaron a la República con sus vulgares componendas”.

“Que se pacte con los Bucaram y se les entregue la CNEL (Corporación Nacional Electrica del Ecuador), es corrupción, es el país del pasado, precisamente contra lo que nació Alianza País y nuestra revolución ciudadana”, agregó el expresidente.

Causas

¿Qué hay detrás de este enfrentamiento entre los dos líderes de la izquierda ecuatoriana? EL COLOMBIANO consultó con expertos. Para Franklin Ramírez, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), apenas es natural que se den esas diferencias tras el traspaso del poder que dio fin a una década de la era Correa en Ecuador.

“Lenín ya ha marcado ciertas diferencias frente al anterior gobierno, fundamentalmente respecto al estilo de gestión política. Moreno siempre se presentó desde la campaña como un personaje conciliador y abierto al diálogo, mientras que Correa gobernó durante 10 años con un estilo confrontacional y marcando claras líneas rojas”, explicó.

Para el exdiputado opositor César Rodríguez, esa diferenciación era además necesaria para los oficialistas: “El país ha quedado en la práctica con diversos problemas económicos, como la deuda externa, algo que tendrá que administrar Lenín Moreno de forma distinta”.

El politólogo Ramírez coincidió, y resumió lo que está ocurriendo bajo la perspectiva de que Lenín siempre se presentó como un “descorreizador” en la Alianza País “y eso contribuyó para su triunfo en elecciones. En un momento de convalecencia económica y sin una caja fiscal amplia se trata de un modo de gobernar adecuado a las circunstancias”.

Por otra parte, a pesar de que fuera de Ecuador se puede pensar lo contrario, Alianza País es un movimiento heterogéneo y pluralista, lo que implica un reacomodo interno de fuerzas mientras que el expresidente encuentra su nuevo lugar en ellas. Es de esperar que sigan las diferencias y las críticas.

Implicaciones

¿Amenaza esto la gobernabilidad o la estabilidad del gobierno de Lenín? Las fuentes consultadas difirieron en sus respuestas. Para el opositor Rodríguez, si bien existe el riesgo de que “se pueda dar una crisis política de aquí a final de año, la oposición está mucho más fragmentada y no sabría aprovechar tal escenario”.

Por su parte, para el académico Franklin Ramírez, “si Lenín no mantiene su vocación de apertura de espacios para el diálogo, perdería una parte de su bloque —casi 20 diputados—, más no vería amenazada su gobernabilidad. Tiene alta popularidad y cierto consenso hasta de la oposición. Más bien, lo que está sucediendo cierra las opciones pero del correísmo más radical y opuesto al diálogo”.

4,5%
de desempleo registró Ecuador en junio de 2017. Mermó 1 % frente a 2016.

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