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Correa se despidió de los ecuatorianos no solo en su acostumbrado Enlace Ciudadano, televisado a todo el país y emitido en su última edición (523) el martes en el Parque Samanes de Guayaquil, sino también ayer en Quito, durante el acto de traspaso de poderes en la sede de la Asamblea Nacional.
“Y así acabaremos diez años, diez años ganados, de construir patria, de dignidad, de soberanía, de justicia social y de prosperidad. No sé si lo vieron, mandé un tuit: desde 1996, un presidente que había iniciado periodo no entregaba el poder al nuevo mandatario electo. Siempre se había interrumpido el mandato de ese presidente. Eso demuestra cómo ha cambiado la patria, eso demuestra que entregaremos un país completamente diferente”, recalcó ante miles de simpatizantes.
¿Cuál es ese legado que deja Correa y qué hará Lenín frente a él? ¿Ahondará en sus políticas o más bien las perfeccionará? EL COLOMBIANO consultó a expertos sobre el futuro del país vecino.
En su discurso de ayer ante la Asamblea Nacional, junto a mandatarios de Argentina, Bolivia Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y Perú, y en suma ante los ecuatorianos en televisión, Lenín Moreno dejó claro el respeto por el legado de su antecesor.
“Hoy concluye una época que deja al país con realidades y objetivos más claros. Diez años de educación y salud, de entregar una nueva institución educativa cada 12 días y una nueva infraestructura médica cada diez días. Es una década de haber sido testigos de la construcción de caminos, puentes, puertos y aeropuertos. Diez años de la recuperación de la autoestima, el orgullo y el sentido de pertenencia de los ecuatorianos. Los pueblos hacen la historia, pero los líderes aceleran los procesos. Está revolución tiene un líder: Rafael Correa Delgado. Hasta siempre hermano querido”, dijo.
Para los expertos es claro que Lenín continuará ese legado que recalca en sus discursos, pero todos coinciden en que imprimirá su propio estilo para resolver asuntos problemáticos que deja la anterior administración.
“En cuanto a una serie de medidas económicas y nombramientos que fueron un tanto apresurados en el último tramo del mandato Correa, es posible ver que Lenín representa muchas tensiones internas. El primer mes de gobierno, por ese motivo, no va a ser de medidas económicas sino de medidas políticas. Se trata de un proceso en el que se va renegociar y renovar el poder al interior de la alianza gobernante. No todas las medidas del grupo de Moreno le van a gustar al equipo de Correa, por eso las reformas económicas vendrán después”, explicó Teodoro Bustamante, docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Felipe Zarama, coordinador operativo del Observatorio de Política y Estrategia en América Latina (Opeal), coincidió: “Lenín no será Correa en muchos sentidos. Ecuador tampoco es el mismo que le tocó a su antecesor. El descenso en los precios del petróleo es un rubro que golpea fuertemente al país. Además, el correísmo tiene ahora una mayoría simple con la cual podrá aprobar proyectos de ley, mas no la mayoría calificada para reformas constitucionales”.
No solo en lo económico, en asuntos pendientes de Correa como las pensiones y el desempleo, se verían esos cambios. Temas como la turbia relación del gobierno anterior con los medios de comunicación ya fueron señalados por Lenín como un punto para trabajar en su periodo: “no puede haber diálogo sin libertad de expresión. Ofrezco relación fresca y dialogante con los medios”.
De igual forma, para los expertos, Moreno tendrá ese estilo dialogante de gobernar en todos los otros asuntos buenos y malos que deja su antecesor en el Ecuador. En suma, tratará de pulir o perfeccionar el legado de Correa.
Durante su primer discurso presidencial, Lenín tuvo palabras sobre Colombia, sobre el proceso de paz con el Eln: “Continuaremos apoyando los diálogos entre el Gobierno del hermano país y el Ejército de Liberación Nacional”.
Para expertos era previsible dicho apoyo, pero lo que debe suscitar la atención son otros temas relacionados al conflicto, como lo que ocurre en los 600 km de frontera entre los dos países. “Podría haber tensiones en asuntos referentes al narcotráfico y migración en la frontera, y cambios considerables en cuanto a aranceles a los productos colombianos en dicho país”, consideró Zarama.
Para el experto, Colombia debe estar pendiente del precio del crudo en una nación como Ecuador, dolarizada, que podría influir en la necesidad que el vecino tenga de poner aranceles a productos colombianos.
Por último, temas como Venezuela “podrían seguir siendo foco de tensión, a pesar de que es evidente que, como varios otros gobiernos pragmáticos de izquierda en la región, Ecuador se ha distanciado de la revolución bolivariana ante su fracaso en todos los ámbitos”, explicó.
“Los opositores tendrán que revisar sus opciones ante el gobierno de Lenín Moreno, ya que insistir en el fraude electoral no fue una estrategia que le diera réditos. Moreno queda en ese caso mejor parado para buscar consensos en el país y en la región”, concluyó Zarama.