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¿Cuál es el tipo de profesional que requiere el país a propósito de las problemáticas actuales?, ¿qué tipo de formación debe recibir el estudiante?, ¿quiénes deben participar en la definición del currículo universitario?, estos son algunos de los temas que se debatirán desde mañana en el campus de la Universidad de Antioquia, en el primer Seminario Internacional de Currículo y Educación Superior, que se realiza en el país.
El ejercicio académico, realizado de manera conjunta por la U. de A. y la Universidad Pontificia Boliviariana (UPB), reunirá a delegados de 33 universidades colombianas, públicas y privadas, y expertos nacionales e internacionales, quienes de manera directa, amplia y tranquila, debatirán el tema del currículo, una materia que genera toda suerte de controversias, comentó Víctor Jaime Vargas, director de Gestión de Contenidos, Medios y Eventos de la U. de A.
Hoy cuando se habla de posconflicto, ciudades incluyentes, informática, cambio climático, plebiscito, diversidad de género, redistribución del ingreso, responsabilidad social empresarial, libertad de culto, guerra, diálogos de paz... la universidad, pública o privada e incluso la educación secundaria o básica, tienen el deber de repensar el tipo de cátedra que entregan a sus estudiantes para que sean agentes activos dentro de la sociedad real, no la imaginada.
En esa dirección, Eddison Cuervo Montoya, coordinador de Asuntos Curriculares de la Vicerrectoría de Docencia de la U. de A., sostiene que si el currículo es la selección de conocimientos que se hace para formar a un ciudadano, entonces, es válido que haya una cátedra permanente y abierta para hablar cuál es el currículo que necesita la sociedad.
Dice que la definición del currículo no puede ser un asunto de especialistas. Es la sociedad, en su conjunto, la que debe definir qué tipo de profesional necesita en sus diferentes esferas económicas, políticas, sociales, infraestructurales o educativas.
Hoy, en un mundo globalizado, no se puede pensar una universidad para resolver los problemas de Colombia, “hay que pensarla como una universidad para el mundo porque nuestros profesionales se están yendo del país o están siendo contratados por grandes centros de investigación en el exterior, comenta Calvo.
Según Calvo, la invitación que se quiere hacer es que el currículo esté en permanente cambio, actualizado y relacionado con el mundo real desde las distintas profesiones”.
Hoy, comenta el catedrático, la sociedad colombiana está comprometida con el cambio y ello la lleva a reconocer al otro y pactar unos acuerdos mínimos sin necesidad de que los contrarios se maten. En esto debe jugar un papel fundamental la universidad aportando a un debate que reconozca y de alternativas a las minorías.
Al respecto, José Gimeno Sacristán, especialista español en temas educativos y teoría curricular, quien dirigirá la cátedra en la U. de A., dice que el currículo debe ser construido democráticamente.