Las canciones recogen de los hombres más sabiduría de la que, en principio, logramos presagiar. Sobre todo, las llamadas canciones populares.
Pienso esto porque estoy en un café oyendo un bolero de Daniel Santos con la Sonora Matancera que dice: Cuatro puertas hay abiertas / para el que no tiene dinero: / El hospital y la cárcel / la iglesia y el cementerio.
Parece solo una canción triste. Pero para el que se ha jugado hasta los restos en el juego de la vida, esa canción es mucho más. En mi barrio, hace tiempos, la escuchábamos como un himno, como una especie de oración.
Pervivencia y sabiduría del bolero que encarna en su música y en su letra las cosas tan largamente aprendidas por la gente en el oficio de vivir.
El bolero es una canción que tiene...