Como un tirón en las entrañas. Como si el corazón estuviera conectado al ombligo por un nailon que se contrae y duele. Algo así sentí cuando, de labios de una profesora de una institución oficial, supe que algunos padres de familia, cuando son llamados al colegio por una situación especial con sus hijos, preguntan qué hay que hacer para que “el bienestar” se lleve estos muchachos. Como quien patea una pelota que estorba mientras se barre.
Eso por un lado.
Y por el otro, el editorial de este diario el domingo pasado, titulado La Colombia que envejece, sobre el Estudio SABE (Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento) una investigación realizada por el Ministerio de Salud, Colciencias y las universidades de Caldas y del Valle, para conocer...