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El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, Julio Borges, denunció que en las elecciones para gobernadores del pasado 15 de octubre, y en las que el oficialismo se llevó 18 de los 23 puestos, hubo 1.624.000 votos que no tienen cómo respaldarse con huella dactilar. Así las cosas, el líder dijo que pudo tratarse de personas que votaron más de una vez o que no existen en el registro de ciudadanos.
“Esto abre la duda total del voto múltiple. La huella sirve para que la persona no vote más de una vez y la tinta para que no vote más de dos veces”, afirmó, y puso como ejemplo lo sucedido en el estado de Miranda, donde por lo menos 160.000 personas presentan la particularidad detectada por la oposición.
Según detalló, el fraude pudo ser corroborado por el mismo Gobierno si hubiera permitido que durante la celebración de esos comicios (retrasados por más de un año) el Consejo Nacional Electoral (de tendencia oficialista) hubiera permitido realizar auditorías, con presencia de veedores internacionales, de técnicos de la empresa que presta la tecnología para el escrutinio y de la oposición.
En ese sentido, Borges pidió a la autoridad electoral venezolana que entregue a la opinión pública el número de veces en que las huellas dactilares no coincidieron aquel domingo de elecciones.
Las votaciones pata la Asamblea Nacional Constituyente en julio pasado tuvieron un revés similar. Smartmatic, la firma que presta la plataforma de votación electrónica en Venezuela desde 2004, anunció que hubo manipulación de los datos de participación en la elección.
Según esa compañía, la diferencia entre la cantidad de votos anunciada por el Gobierno y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores.
Si bien la estructura está diseñada para que, en caso de manipulación, su detección sea inmediata y muy fácil de identificar, se requieren mecanismos de auditoría, es decir, testigos de todos los partidos que estén observando el sistema al momento en el que arroje la totalidad de resultados. No obstante, como en este caso la opisición decidió mantenerse al margen del escrutinio, el oficialismo tuvo su espacio para actuar.