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Miami cruza los dedos ante el huracán Irma

Mientras cientos de miles de personas evacúan las áreas de riesgo, otros prefieren apertrecharse en sus hogares.

  • Precisamente en el sector de Kendall, la escuela secundaria Félix Varela fue convertida en refugio para las familias. FOTO EFE
    Precisamente en el sector de Kendall, la escuela secundaria Félix Varela fue convertida en refugio para las familias. FOTO EFE
09 de septiembre de 2017
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A pesar de que en las horas previas a la llegada del huracán Irma se imponía un fuerte sol sobre las calles de Miami, el centro de la ciudad lucía prácticamente desolado, sin la efervescencia que caracteriza su cotidianidad. No se veía gente en las calles mientras que pocos carros se movilizaban por la zona bajo alerta.

El motivo era simple: ante la inminencia de uno de los huracanes más fuertes de los últimos años, cientos de miles de personas –600.000 según CNN– ya habían evacuado hacia el norte y oeste, o bien, desoyendo las advertencias de las autoridades –que ordenaron el éxodo de 5,6 millones de habitantes–, el resto hacía de sus hogares un refugio que consideraban confiable, por lo que ya habían comprado todo lo necesario para mantenerse encerrados y a la espera.

En cualquier caso, lejos de seguir mermando, el huracán Irma al cierre de esta edición registraba un ligero aumento en su fuerza, lo que despertó la alerta en Cuba y EE. UU. Pasó de vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora a 250 km/h.

“Estamos hablando de un sistema catastrófico nunca antes visto. Puede tener un poder destructor de costa a costa. Entre más rápido salgan es mejor. No pongan a su familia en riesgo. Hoy es el día de hacer lo correcto por sus seres queridos. Esta tormenta es gigante y cubre todo el estado de Florida”, dijo en rueda de prensa el gobernador Rick Scott.

Pero no todo el mundo evacuó sus hogares. Gran parte de la población de Miami decidió apertrecharse en sus casas, entre ellos muchos colombianos. Juan Carlos Bernal, copropietario desde hace cinco años de una fábrica de concreto prefabricado en la Florida, es uno de ellos.

“Vivimos en Kendall, o sea el sur de la ciudad. Apenas ayer se anunció la orden de evacuación para nuestro sector, que no está pegado a la costa. Pero tras pensarlo, nosotros decidimos quedarnos en nuestra casa. Confiamos en un sistema de seguridad con postigos para proteger las puertas y ventanas contra huracanes”, dijo.

Bernal aseguró que aunque el huracán aún no se sentía en la ciudad –en la madrugada de hoy empezaba a entrar– “quedan muy pocos alimentos en los supermercados porque la gente ya se provisionó para 4 o 5 días, al igual que en las ferreterías grandes como Home Depot, donde ya no hay materiales para proteger las casas”.

Lo cierto es que ya no hay tiempo para evitarlo: al paso que va, el huracán golpearía también el oeste y el norte de la Florida. Ahora solo queda cruzar los dedos para que Irma no sume más muertos que los 14 que ha dejado.

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