En Nicaragua se cierra el cerco tras paro nacional

La lucha de casi dos meses podría continuar hasta que el Ejército tome partido en la movilización social contra Daniel Ortega, presidente de ese país.

Pie de foto: En Nicaragua no frenan las protestas. FOTO EFE

En Nicaragua se cierra el cerco tras paro nacional

Calles vacías y negocios cerrados. Ese fue el panorama en Nicaragua durante el paro nacional convocado ayer por la oposición de ese país, día en el que casi toda la ciudadanía manifestó su descontento contra el gobierno de Daniel Ortega a través del silencio. Y es que la lucha en Nicaragua dejó de ser solo una pelea de estudiantes para convertirse en una causa nacional a la que se unieron sectores que antes estaban a favor del mandatario.

El cese de actividades hizo un llamado sobre la situación de esa nación que deja hasta ahora a 146 personas fallecidas y decenas de heridos en medio de las protestas.

Sin embargo, aunque parecería que un paro nacional sería el punto de quiebre para que se dé la tan esperada caída del gobierno de Ortega, expertos señalan que aún la batalla continúa.

“Lo que hay es un adelanto al fin de su presidencia. La violencia por parte del gobierno seguirá aumentando para sostener su mandato”, explica Néstor Julián Restrepo Echavarría, profesor de la Universidad de Medellín. Para este investigador, el punto de quiebre estaría en que las fuerzas militares rompan la situación de violencia, pero le preocupa que el país carece de una figura para asumir la presidencia.

La violencia sigue

Mientras las protestas continúan y el gobierno de Ortega sigue sin cumplir las peticiones de la gente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha hecho constantes llamados al gobierno para detener la represión, mientras la Conferencia Episcopal de ese país busca una salida por medio del diálogo.

El miércoles la CIDH expresó su preocupación por el incremento de la violencia y condenó “la agudización del uso excesivo de la fuerza estatal y la continuidad de los ataques por parte de actores parapoliciales y terceros armados, los cuales el Estado tiene la obligación de desmantelar”.

Hasta ahora este organismo ha reportado un recrudecimiento del uso excesivo de la fuerza, ataques a la comunidad y a medios de comunicación, además de secuestros y fallecimientos a causa de los enfrentamientos.

Se espera que hoy se retome el diálogo entre el gobierno y la oposición, gracias a la participación de la Conferencia Episcopal. En medio del paro nacional, Silvio José Báez, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, hizo un llamado al Estado buscando que “de una vez por todas el gobierno de Nicaragua escuche, razone y siga las recomendaciones” de los organismos internacionales para acabar con los actos violentos.