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Desde hace meses ya contrastaba el estilo más matizado hacia la conciliación del secretario de Estado de EE. UU, Rex Tillerson, frente a las frases incendiarias y constantes polémicas del presidente Donald Trump. Tal diferencia de aproximaciones a la política exterior de la potencia norteamericana parece estar llegando a su punto de ruptura, según informó ayer el diario The New York Times.
Según el tradicional rotativo, que cita fuentes anónimas en la Casa Blanca, la actual administración ya le tiene listo el reemplazo al que fuera director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil (2006-2016), y en dos semanas estaría nombrando al actual jefe de la CIA, Mike Pompeo, en su lugar.
No obstante, tras el impacto generado por el periódico neoyorquino, la portavoz presidencial, Sarah Huckabee, negó tal información pese a la insistencia de los periodistas: “Tillerson sigue en su puesto y no hay anuncio de cambios de personal en este momento”.
Frente al debate generado por cuenta de las dos versiones que están circulando en Washington, expertos no se ponen de acuerdo en lo que hará la administración Trump, pero sí tienen claro que Tillerson representa el ala más moderada del gobierno.
“Ha sido tal vez el secretario de Estado más débil en los últimos 40 años. Entonces no es sorpresivo que lo vayan a reemplazar. El Departamento de Estado no tiene mucha influencia en este gobierno, y yo creo que Tillerson se siente marginado ante otros como Nikki Hailey, embajadora ante la ONU. En la discusión sobre Corea, este siempre mostró una posición mucho más moderada que Trump. Esto también demuestra la incapacidad del mandatario para formar equipo”, explicó Patricio Navia, docente de política internacional de la Universidad de Nueva York (NYU).
Felipe Buitrago, politólogo y docente de la U. de Antioquia advierte que esto podría ser un invento de la prensa liberal para desestabilizar al gobierno, a pesar de que admite el contraste: “en el segundo cargo más improtante de EE.UU, Trump decidió darle una mirada gerencial y de alto nivel a la política exterior, distinta a su círculo. Hay conflictos entre ellos, pero todavía es temprano para saber si realmente va a ser desplazado y yo no descarto que sea especulación de medios opositores. En mi opinión, para la administración actual despedir a Tillerson sería un fracaso rotundo y por ende no creo que lo permitiría”.