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500 millas para la gloria
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FOTO AP
29 de mayo de 2016
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Como es costumbre, las 500 Millas de Indianápolis ponen a prueba autos, pilotos y equipos. En esa carrera cometer un error es bastante costoso, especialmente si ocurre al final. Tener paciencia y evitar accidentes es clave para ganar la competencia de más renombre en Estados Unidos. Pero ante todo correr con inteligentes.
Eso fue lo que mostró el año pasado Juan Pablo Montoya, quien remontó desde la posición 30 -último-, al primer lugar, después de haber sido castigado, por un incidente en competencia. Montoya es, sin lugar a dudas, la carta colombiana, así salga en el puesto 17. El año pasado arrancó 15.
También hay esperanzas con Carlos Muñoz, segundo en el 2013 y protagonista en esta ocasión desde los entrenamientos al marcar buenos tiempos, que lo llevan a partir de quinto. Queda ver si el auto de Andretti es confiable, ya que fallas mecánicas y regular desempeño han hecho parte de su campaña esta temporada.
El tercer colombiano es Gabby Chaves, quien apenas hace dos semanas se subió al asiento del equipo Dale Coyne Racing, uno de los más modestos en la carrera, pero que ahora tiene cuatro autos en la parrilla.
A pesar de no tener una clasificación afortunada, pues parte de 21, las buenas sensaciones de Gabby en las prácticas y el antecedente de Pocono, donde el motor le impidió luchar por una potencial victoria, pueden dar una posibilidad a este joven talento. Lástima que no tenga continuidad en las válidas, por la falta de patrocinios.
Estos tres colombianos se mezclarán con 30 pilotos más, en busca del triunfo en la válida más importante de la IndyCar, cuyo botín es doble puntaje, es decir que el ganador recibe 100 puntos y no 50 como se hace normalmente.
James Hinchcliffe, oriundo de Canadá tiene la ventaja inicial al lograr la pole, pero en 200 vueltas nada está escrito y, a lo mejor, como el cuento, los últimos pueden ser los primeros, como con Montoya en 2015.
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