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¿Envidia, celos, resentimiento? Cómo llamar a esa incómoda sensación que agobia a muchos internautas cuando visitan el perfil en Facebook de esa amiga que viaja por todo el mundo, o el amigo que pavonea sus éxitos económicos en sus fotos y a hasta sus propios familiares realizando sus sueños de pareja. Lo que para muchos puede ser “envidia de la buena” para otros puede convertirse en una fuente inagotable de frustraciones, ansiedad y hasta depresión.
Así lo reveló un estudio publicado el pasado 22 de marzo por la Escuela Medicina de la Universidad de Pittsburgh, que desde 2014 hizo sondeos a 1.787 usuarios de redes sociales, para determinar asociaciones significativas entre el uso de estas y síntomas de la depresión. Facebook, YouTube, Twitter, Google Plus, Instagram, Snapchat, Reddit, Tumblr, Pinterest, Vine y LinkedIn, fueron las once cibercomunidades en las que los investigadores de la Universidad enfocaron sus estudios.
Los encuestados, que tenían entre 19 y 32 años, utilizaban redes sociales en promedio 61 minutos diarios y visitaban diferentes cuentas 30 veces a la semana. Así lo explicó el doctor Brian Primack, director del Centro para la Investigación en Medios, Tecnología y Salud de dicha universidad: “Debido a que las redes sociales se han convertido en un componente integrado de la interacción humana, es importante que los médicos estudien a los adultos jóvenes para reconocer el potencial positivo de estos medios y reorientar las conductas problemáticas”, aseguró.
El estudio, que por ahora se considera “transversal” y que no indica una estricta relación causa-efecto entre las redes sociales y la depresión, señaló además que la frecuencia de visitas a estos medios sí representa una variación de quienes son menos asiduos en las revisiones de sus perfiles, ya que muestran estar 2.7 veces más propensos a la depresión, frente a quienes manifestaron más indiferencia a estas publicaciones, reportando una unidad menos de riesgo: 1.7.
Los factores de depresión
Estas son las cuatro principales causas que, según el estudio, generan más riesgo de sufrir depresión:
Exposición a representaciones idealizadas
Las redes sociales provocan sentimientos de envidia y la creencia distorsionada que las otras personas llevan vidas más felices y más exitosas.
Sensación de pérdida de tiempo
Participar en actividades de poco significado en las redes sociales puede dar una sensación que influye negativamente en el estado de ánimo.
Una Posible adicción a internet
El uso de los medios sociales podría estar alimentando “adicción a Internet”, una condición psiquiátrica estrechamente asociado con la depresión.
Ser objetivo del matoneo cibernético
Pasar más tiempo en las redes sociales puede aumentar el riesgo de exposición al acoso cibernético u otras interacciones negativas similares, lo que puede provocar sentimientos de depresión.
Las causas que esgrime el estudio son cuestionadas por Jorge Ávila, fundador de Tresensocial, consultora mexicana para el uso profesional de Social Media, quien afirma que este tipo de factores también están presentes en la vida cotidiana y no por ello se deben asociar de una manera especial a los comportamientos propios de las redes.
“El volumen es lo que nos está matando, es decir, es natural en los humanos sentir frustración, rabia o envidia en cualquier contexto, pero gracias a la masificación de las redes sociales, estos hechos que antes llegaban de manera casual por amigos o como comentarios ahora están bombardeando todo el día y de manera organizada a los usuarios. Las causas son reales, y por supuesto que generan afecciones anímicas, pero no considero que impacten de una manera diferente que si el acoso, la frustración, el sentimiento de tiempo perdido, o la adicción se dan en la vida real”, opina Ávila, apuntando a que parte del problema nace por el desconocimiento de los usuarios de cómo se debe digerir la información allí expuesta, debido a que el ideal de una red es que el usuario use la plataforma y no al contrario.
Depende del uso
Katherine Barreto, directora del Centro de Psicología Clínica de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, asegura que aunque las personas se puedan sentir felices mientras naveguen en Facebook y consideren que no representa un factor depresivo, podrían estar inmersas en procesos de bajas anímicas sin saberlo.
“La angustia de no estar conectado o la apatía que generan las interacciones reales pueden afectar también los estados de ánimo”, afirmó.
Ante este panorama, Víctor Cano, profesional del Centro de Investigación y Atención a las Adicciones y la Familia (Ciaf), de la Universidad San Buenaventura, considera que los síntomas de la depresión no depende de las redes como tal sino del uso que se le dé: “Estas herramientas llegaron para quedarse y el desafío es orientarlas para el buen uso, la prevención y, si es necesario, la intervención con las personas que tienen problemas.”, concluye Cano, resaltado la neutralidad de las plataformas digitales.