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No es geometría; lo de Ramírez Villamizar es poesía

Pinturas, dibujos y esculturas hechas por el pamplonés en 50 años forman la muestra que le rinde homenaje.

  • Esculturas, pinturas y dibujos constituyen la muestra de Eduardo Ramírez Villamizar, en Suramericana. FOTOS Jaime Pérez
    Esculturas, pinturas y dibujos constituyen la muestra de Eduardo Ramírez Villamizar, en Suramericana. FOTOS Jaime Pérez
  • No es geometría; lo de Ramírez Villamizar es poesía
  • No es geometría; lo de Ramírez Villamizar es poesía
25 de marzo de 2017
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La exposición de Eduardo Ramírez Villamizar, en Suramericana, es una muestra inédita, porque sus piezas las tenían los herederos del artista, en sus casas.

Por eso es la oportunidad para apreciar a uno de los artistas colombianos más influyentes en nuestra historia del arte.

El pamplonés, nacido en 1923, conocido por sus esculturas geométricas, comenzó su carrera en el arte figurativo expresionista, ese movimiento surgido hace un siglo en Europa, caracterizado por la deformación de la realidad para conseguir expresiones más subjetivas.

En la exposición de Suramericana, que comprende obras de distintas épocas del artista, desde 1947 hasta 2004, hay algunas figurativas, como el cuadro El Flautista.

Formado en Arquitectura y diseño, no fue por estos estudios que incursionó en la geometría como recursos expresivo de su arte.

“Fue en su viaje a Europa y especialmente en París, donde encontró la geometría en la que basó su obra posterior, especialmente en el rombo”.

El administrador de esta colección, Andrés Felipe Ocampo, quien hizo la curaduría de esta muestra al lado de Alberto Sierra, fallecido el domingo 19 de marzo, cuenta que Ramírez Villamizar, después de hallar el rombo, ya en Colombia, encontró el óxido como una contribución de los elementos naturales en la culminación de su obra.

El primer momento

En cuanto a la carrera artística, hay una reflexión suya en la tarjeta de invitación, en la que habla sobre este asunto:

Un día en la escuela en la clase de obras manuales me entregaron barro: “haz lo que quieras”, me dijeron, y yo entonces me hice un perrito con sus cuatro patas, con hocico, orejas, todo un perrito “de verdad” y me maravillé cuando lo vi terminado... Los sábados no había clases, pero yo me metía sin embargo a la escuela, corría por entre los salones vacíos... ¿Y sabe qué? ¡A mirar mi perrito! Al final del año en el sitio donde se exponían todos los trabajos allí estaba él. ¡Y yo lo había hecho! Créame, este ha sido el momento más emocionante de toda mi carrera artística.

La poesía, el misterio

En esta muestra, explica Andrés, se aprecia la evolución del artista, la madurez de su estilo y de sus mensajes. E incluso la experimentación con diversas técnicas: dibujos en papel, maquetas en cartón, collages, que son pequeños pedazos de papeles de colores pegados en los que basaba sus cuadros y esculturas; pinturas y esculturas.

“También se ve una curiosa plancha de cobre para el intaglio”, esa técnica en la que se crea una imagen por corte, tallado o grabado en una superficie plana para que aparezca la figura en relieve.

“No dejo que la geometría domine mi obra. Creo que la expresión y la sensibilidad tienen que dominar los materiales. Lo que primero debe tener una obra de arte es poesía; sin poesía, sin misterio sería apenas geometría, y esta, sola, no es arte”.

Esta es una frase de Eduardo Ramírez Villamizar, que aparece en la página del Museo de Arte Moderno de Pamplona, Santander, que lleva su nombre.

Esta muestra en homenaje al artista está en la sala de exposiciones de Suramericana. Estaba previsto dejarla dos meses, pero como tributo a Alberto Sierra, quien participó en su curaduría, la dejarán un mes más: hasta el 21 de junio.

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