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“Este club es mi vida, algo que llevo en el corazón”: Carrabs
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Lorenzo Carrabs, arquero que dejó huella en el Verde. FOTO Juan Antonio Sánchez
29 de abril de 2017
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Su paso por Atlético Nacional le dejó una hija antioqueña, un título en el torneo colombiano, amigos que, con el tiempo, se volvieron hermanos y el amor por una divisa que le genera orgullo.
“Este club es mi vida, algo que llevo en el corazón desde el día que llegué y seguiré alimentando hasta el final de mi existencia. Gran parte de lo que soy se lo debo al equipo verde”, dice sin titubeos el exarquero Lorenzo Carrabs, otro de los invitados de honor a la celebración de los 70 años del Rey de Copas colombiano.
Este uruguayo conserva en su mente recuerdos de los seis años que estuvo en la institución como jugador y en el periodo como ayudante de Luis Fernando Suárez en 2008.
De todas esas vivencias resalta el título de 1981, en especial el partido final frente al América de Cali en el Atanasio Girardot frente al América que se liquidó 1-0 con gol de Pedro Juan Ibargüen. El tetracampeonato se logró bajo la dirección técnica de Oswaldo Juan Zubeldía, en una planilla titular que además de Carrabs e Ibargüen integraron Víctor Luna, Héctor Dragonetti, Luis Fernando López, Carlos Maya; Pedro Sarmiento, Norberto Peluffo, Hernán Darío “Arriero” Herrera, César Cueto y Guillermo Larrosa.
Cuando arribó procedente del Junior a Nacional, en 1980, Carrabs tenía un reto mayor: remplazar a Raúl Navarro, ídolo de la afición. “Sabía que tenía la capacidad de hacerlo y por fortuna pude cumplirle al equipo”, rememora el charrúa, quien cuenta que tuvo como suplente a René Higuita y le tocó alternar el puesto con Luis Jerónimo López. A este último, resistido por un sector de la fanaticada, le tocaba actuar en los partidos de visitante. A René lo llevó una vez de vacaciones a Uruguay, para que a su regreso asumiera la titularidad en el arco nacionalista, y él emprender el regreso a Junior.
Lorenzo trabajó hasta hace poco con Julio Comesaña (se vino para Junior) en el Racing de Montevideo. En esa ciudad, el exverdolaga tiene una escuela con 55 arqueros inscritos, pero dice que su proyecto está en volver a la primera división. “Eso es lo de uno, siempre viviendo y trabajando para el fútbol”.
Hace seis años que no venía a Medellín, la que considera su segunda tierra, y la encontró “cambiada y muy linda”. Aquí nació su hija Ximena Vanesa y creció Hernán Ignacio (barranquillero), quienes también guardan gran cariño por esta región.
Y en esta capital están sus grandes amigos Carlos Ricaurte, Polo Mondragón (“su familia es mi casa acá”), Santiago Escobar y Pedro Sarmiento.
Luego de evocar a sus colegas, echa una mirada a los entrenadores y dice que Zubeldía, quien estaba cuando él llegó, “era una persona sabia, una Biblia”. También menciona al Zurdo López y Luis Cubilla, quienes marcaron una gran época en el club.
Confiesa que cuando escucha hablar de Nacional, el pecho se le infla y se llena de orgullo al saber que aportó en el crecimiento de un equipo de es modelo en el continente.
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