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Luego del traspiés electoral que sufrió este domingo Humberto de la Calle, el candidato liberal le habló a sus 399 mil votantes y reflexionó sobre el tema transversal durante toda la campaña: la paz luego del acuerdo Gobierno - Farc:
“Atravesamos tiempos difíciles, queridos amigos”, así inició su discurso De la Calle al reconocer que no alcanzó los votos para estar cerca de las aspiraciones que se habían trazado. “Ese pequeño arbolito que hasta ahora está surgiendo lo estamos dejando morir”, añadió conmovido y afectado por los resultados de la campaña presidencial donde sacó tan solo el 2 % de los 19 millones de votos.
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En el discurso, De la Calle llamó la atención también sobre los dirigentes que usando la política pretenden desconocer los alcances de lo logrado con la guerrilla de las Farc.
“Grupos políticos han llenado de fantasmas, farsas y obstrucciones un proceso de reconciliación con todas las garantías de éxito. La cizaña ha predominado y ha sobresalido y la voces capaces de disentir han sido insuficientes”, dijo De la Calle a quienes desde el 2 de octubre de 2017 decían respaldar los acuerdos de paz.
De la Calle dejó además a sus electores en libertad de decidir por quién decantarse en segunda vuelta:
Me preguntan qué deben hacer aquellos que creyeron en nuestra causa. Si no pude convencer con mi mensaje, sería un acto de burda arrogancia dar consejos sobre el rumbo a seguir. Cada quien debe obrar según sus convicciones. #FBLive
— Humberto de la Calle (@DeLaCalleHum) 27 de mayo de 2018
“Creo que muchos colombianos no lograron entender que las conversaciones para terminar el conflicto con la guerrilla más poderosa implicaban lograr acuerdos de manera genuina, afrontar la verdad, reparar a las víctimas y dejar atrás la tragedia de la violencia. Creyeron equivocadamente que esas conversaciones eran la última batalla, la que no se logró en el campo militar”, precisó el candidato, quien de paso cuestionó duramente a quienes por una y otra razón consideraron que “la violencia que favoreció sus intereses era violencia buena y prefirieron apelar al aplauso fácil del castigo para cerrar la puerta al difícil, pero necesario camino de la reconciliación”.
“La guerra nos unió durante ocho años, hoy la paz es la que nos divide. Por eso los colombianos podemos aburrirnos de todo, menos de la paz”. Fue en este punto donde quizás más molestia se sintió en el tono del liberal: “¿Dónde quedó la fuerza con la que llenamos más de una vez las plazas de Bolívar de todo el país?” Y agregó, como un compromiso que arrancó aplausos y optimismo en sus seguidores, “hoy más que nunca debemos movilizarnos. Colombia así lo exige. Debemos vigilar la implementación de los acuerdos”, dijo mientras el escenario estallaba en aplausos.
“Mientras, en la ciudades, nos rasgamos las vestiduras por una guerra que vimos con el rabillo del ojo, las camas del hospital militar están vacías. No ha habido un solo muerto producto del enfrentamiento con las FARC desde del cese del fuego bilateral”.