Por JOSÉ ANDRÉS ROJOredaccion@elcolombiano.com.co
La primera ministra británica, Theresa May, no estuvo el domingo en París para conmemorar el centenario del final de la I Guerra Mundial. Prefirió hacer una ceremonia en casa, más discreta, lejos del marco imponente que levantó el presidente francés, Emmanuel Macron, para acordarse de aquel remoto día en que se puso fin a una carnicería colosal, difícil de concebir todavía hoy: diez millones de muertos, seis millones de heridos y millones y millones de seres partidos, rotos. Macron quiso aprovechar la ocasión para señalar que lo peor siempre es posible. Al pie del Arco del Triunfo, y ante numerosos jefes de Estado, llegó a decir que dependía “de nosotros” que aquella imagen no fuera la del “último...