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Cada vez que Juan Manuel González, considerado hoy el mejor piloto antioqueño de automovilismo del país y campeón de la modalidad monomarca, va a participar en las válidas del Campeonato Nacional de Velocidad, debe disponer de cerca de tres millones de pesos.
También debe desplazarse hasta el autódromo de Tocancipá, cerca a Bogotá, y costear de su bolsillo transporte, hospedaje y alimentación para tres días, pago de mecánicos y derechos de participación, entre otras cosas principales.
Eso sin contar que, afortunadamente, por reglamento de competencia, la especialidad en la que compite no lo obliga a llevar su auto de carreras.
La organización se los da a los participantes para que no haya posibilidad de arreglar las máquinas y la competencia sea más pareja.
Así como él, los demás corredores de Antioquia, incluyendo los motociclistas, asumen todos los costos para intervenir en los distintos campeonatos de esta disciplina.
Es el caso de Tomás Puerta, que ha hecho varias temporadas en Estados Unidos y paga por cada desplazamiento cerca de 8 millones de pesos -incluyendo mecánico (ida y vuelta en carro $700.000; hotel $500.000; alimentación $600.000; llantas $4.500.000; mecánico $600.000; gasolina para la moto $250.000; inscripción $150.000; derecho de pista $260.000; licencia nacional $270.000 -costo anual-; y otros repuestos $50.000).
El clamor de la comunidad que agrupa a los deportes de motores en Antioquia (autos, motos y karts) es para que haya un escenario -llámese parque de motores o autódromo-.
Así evitarían tales gastos y que, en el peor de los casos, se llegue a presentar una deserción de pilotos ante la falta de recursos. Una petición que, parece, finalmente se hará realidad y tendrán esa soñada instalación.
La firma del documento que levanta una restricción sobre la utilización de un terreno aledaño a la unidad deportiva Tulio Ospina de Bello, hecha oficial en la Notaría Primera de ese municipio, el 29 de junio pasado, por parte de Luis Humberto Martínez Lacouture, gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, dueño del lote, abre la puerta para la construcción allí de un autódromo. Este haría parte de un proyecto de desarrollo urbanístico y social que lideran la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín.
En un área de 90 hectáreas (900.000 metros cuadrados) serán levantadas estas cinco obras: la nueva planta de producción de la Fábrica de Licores de Antioquia, el Centro de Emprendimiento para la Mujer, la Ciudadela Educativa (digital), un templete que recordará la próxima venida del Papa Francisco y el autódromo que hará parte de un parque deportivo ambiental (ver gráfico).
“Ojalá esta vez sea una realidad, porque se han hecho muchos anuncios y siempre los deportistas nos quedamos mirando para el páramo, porque no salen con nada”, advierte González. “Ahora veo que hay una gran voluntad política”, agrega.
Paralelamente fue aprobado un convenio entre el Área Metropolitana e Indeportes Antioquia por 3.500 millones de pesos para los diseños del autódromo. El 40 % lo aporta el Área y el 60 % Indeportes.
“La firma que hacemos del documento permite adelantar allí las obras en beneficio de la comunidad en general”, expresa Martínez Lacouture.
Hasta 2008 Antioquia contaba con un único escenario de deportes de motor, el kartódromo José Roberto Guerrero, que desapareció ese año para darle paso a la remodelación de la unidad deportiva Atanasio Girardot, donde quedaba, mirando hacia los Juegos Suramericanos que se realizaron aquí en 2010.
Por muchos años, la Central Mayorista fue una opción para el automovilismo paisa. En los alrededores se vivieron jornadas en las que los aficionados disfrutaron del rugido de autos y motos y de las actuaciones de grandes pilotos.
Allí llenaban una improvisada pista callejera, con pocas garantías de seguridad. Sin embargo, en 1998 los directivos de la plaza dijeron “no va más” y clausuraron el aval para la utilización del sector con tales fines deportivos.
Luego, el aeroparque Juan Pablo II, en Belén, se convirtió en la solución a la falta de escenarios, aunque en una pista antitécnica y que en principio fue montada para otras actividades, como caminata, patinaje y ciclismo recreativo. Hoy, esporádicamente es utilizada para pequeños circuitos de karts y autos.
“Son más de 50 años luchando por un escenario digno. Allí se siguen haciendo competencias, pero hay que reconocer que las condiciones de seguridad no son las ideales”, señala Hernán Cuartas, quien ha sido uno de los incansables promotores para la construcción de un autódromo.
“En 1996 le presentamos a los entonces alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, Sergio Naranjo y Álvaro Uribe, respectivamente, la propuesta del denominado Parque Deportes a Motor y Náuticos, para el parque Tulio Ospina de Bello. Ahora vemos que esa idea está a punto de ser realidad”, agrega el dirigente Cuartas.
Todavía el gobernador Luis Pérez Gutiérrez, quien lidera este proyecto, no ha hecho oficial la noticia del autódromo.
No obstante, se conoció una destinación de 40 mil millones, que es el costo total del autódromo, de los cuales 25 los aporta Isagen y los otros 15 vendrán de vigencias futuras.
Según el diseño del autódromo, la pista tendrá una longitud de entre 2.800 y 3.300 metros y cumplirá las especificaciones internacionales que la Fia -Federation Internationale de l’Automobile, por sus siglas en francés- exige para dar los certificados para competencias, inicialmente de Fórmula 4 y de otro tipo de monoplazas.
De concretarse, los pilotos finalmente tendrán un lugar para practicar y competir. Así, tendría luz verde un sueño de toda la vida .