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Paula Andrea Franco (31 años), por su profesión de ingeniera agrónoma, expresa que se la pasa en el campo, caminando entre montañas expuesta a sol, frío y lluvia.
Paulo Andrés Pareja Rodríguez (36) labora en una taberna en el municipio de Andes. “Ya estoy acostumbrado al trasnocho, a estar varias horas despierto y también a manejar las situaciones complejas, cuando los borrachitos se ponen difíciles”, manifiesta mientras sonríe.
Alejandro Suárez Quintero (23) indica que tiene un minimercado y que la paciencia y servirles a sus clientes son sus mayores fortalezas.
Mientras que Diego Alexánder Giraldo (34) es tecnólogo electrónico, oficio que le ha servido para desarrollar mejor su mente.
Esperan que las capacidades que los apodera les siga sirviendo para continuar con buen rendimiento en la competencia en la que debutan por primera vez como equipo y en la cual se ilusionan no solo con llegar a la meta sino también en terminar dentro del podio, 7Cerros Medellín.
Ayer seguían descifrando las pistas de esta carrera de aventura que se desarrolla por las colinas tutelares de la ciudad (El Volador, Padre Amaya, El Picacho, Las 3 Cruces, Pueblo Paisa, La Asomadera y Pan de Azúcar) y otros lugares de Antioquia en actividades de observación y orientación, mediante disciplinas como nado, trote, bicicleta, apnea, tiro con arco, escalada, tirolesa con cuerdas, entre otras.
“Se piensa es en ganar”, indica Paulo, mientras el capitán de este elenco (Metro Vallas Escape Aventura 1), Diego Alexander Giraldo, lo interrumpe.
“Cada uno de nosotros tiene una virtud: resistencia física, perseverancia, calma, responsabilidad, respeto... En lo que nos desempeñamos normalmente trabajamos bajo presión, y todo esto lo estamos poniendo en práctica en un certamen en el que cada ficha es vital para solucionar a tiempo un problema. Cualquier mala decisión nos puede llevar a la derrota o simplemente al retiro”.
Giraldo recuerda que en este certamen en 2014 fue segundo en la categoría parejas; pero en 2015, cuando iba liderando los primeros lugares, quedó al margen al accidentarse en la prueba de patinaje. Rememora que tuvo una luxación de clavícula.
Esto no fue impedimento para retornar con mayor fuerza y confianza a esta cita, que no se realizó en 2016, en la que, al lado de sus pupilos, buscan nuevamente dejar huella. Por lo pronto, en dos días de carrera siguen en pie.
“Hay que ir con precaución, a nuestro ritmo, pero con paso firme, seguros de lo que estamos haciendo. Confiando en cada uno. Sino es así las estrategias no funcionarían”, dice Paula.
Hasta ayer demostraban entendimiento, resistencia, inteligencia y poderío, al marchar en la segunda posición. A ellos y al resto de rivales aún les queda una jornada, quizá la más dura, y también la más soñada.