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Bailando, como siempre lo hace cada vez que marca un gol, Yerry Mina celebró ayer el primer tanto que convierte con la camiseta de Barcelona en la definición del título de la Supercopa de Cataluña.
Al mejor estilo del Pacífico, y como si estuviera sonando “Caíste en la trampa”, de Pichi el Negro, -su canción favorita- en los altavoces del Camp d’Esports de Lleida, el central colombiano festejó el estreno de su palmarés con el cuadro blaugrana con la conquista de un título regional que enfrentó a los equipos catalanes mejor clasificados la temporada pasada: Barcelona y Espanyol.
En su segundo juego como titular -ya había sido inicialista ante el Getafe el 11 de febrero-, Mina estuvo correcto atrás, ganó en el juego aéreo, fue sólido y seguro en la salida, cumpliendo una buena presentación en el equipo que planteó Ernesto Valverde que, para este juego, optó por una nómina alterna en la que tuvo ocho jugadores de la plantilla principal y doce del filial B.
Tras el empate en los 90 minutos reglamentarios, el duelo tuvo que definirse desde el punto penal.
El oriundo de Guachené fue el tercero en lanzar por los azulgranas y, desde los 12 pasos, anotó su primer gol. ¡Y se puso a bailar! Un recatado movimiento de hombros seguido de un agradecimiento al cielo fueron la celebración del futbolista después del acierto.
Valverde no pudo evitar sonreír al ver el gesto del jugador colombiano, que con su autenticidad y buen rendimiento en el terreno de juego quiere ganarse un puesto en un once rutilante del equipo líder de la Liga.