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“Fuimos justos merecedores de esta felicidad”, dijo Teófilo Gutiérrez al finalizar el partido que el Junior perdió 3-1 con el Medellín que, no obstante, le permitió al elenco tiburón ganar su octava estrella tras haber vencido 4-1 en casa en el juego de ida de la final de la Liga Águila-2.
Este título es el segundo que acumula Julio Avelino Comesaña en el torneo local, dirigiendo al Junior (1993, 2018). El tercero lo logró en la Copa Colombia (2017). La estrella la alcanzó tomando con una nómina en la que supo combinar juventud y experiencia, como la que aportó el arquero uruguayo Sebastián Viera, quien con su veteranía se convirtió en la figura del equipo.
Junto a él, estuvieron jugadores como Jarlan Barrera que pasó del infierno vivido en la final de la Copa Sudamericana, ante Paranaense, tras errar el penal que les habría dado el título, a celebrar la corona local en el Atanasio Girardot.
Su buen manejo de balón, unido a los 7 goles que marcó en la Liga-2 lo hicieron figura del cuadro barranquillero.
Y adelante cuando Teo no encontró la senda del gol, Comesaña halló la fórmula en Luis Díaz, un juvenil, atrevido y potente que también marcó goles importantes.
El rendimiento del 80% como local, en el Metropolitano, fue la clave para que el cuadro de la Costa celebrara su octavo título, situación que contrastó con una pobre presentación en condición de visitante (rendimiento del 38%).
Con 12 victorias, 7 empates y 6 derrotas el Junior campeón selló la temporada que había abierto como favorito, al lado de Nacional, al título del segundo semestre