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Una de las consignas de quienes aman la literatura es que esta es bienvenida sin importar cómo llegue. No se ponen con escrúpulos de rechazarla porque llegó en forma de revista o libro viejo o porque aparezca en formatos digitales.
Y entre estos, las revistas y los blogs de literatura van en aumento cada día.
Entre ellos, las revistas Mecánica Celeste y La Guardarraya son dos ejemplos de un universo cuyas estrellas se cuentan por decenas.
Entre las ventajas que presentan estos medios, como lo explican sus realizadores Óscar Jairo González Hernández y Ángel Herrera, de la primera y la segunda, respectivamente, es que tienen un alcance mundial. Con eso se rompen fronteras y permite que los escritores recomendados y sus obras, así como los autores de los ensayos que aluden a ellos sean conocidos más allá de los límites de la región o el país de origen de la publicación.
La Guardarraya, explica Ángel, es una revista nueva y bimestral. Comenzó en octubre del año pasado y ha salido un número. Ángel cuenta que la revista tiene una prehistoria amplia. Por más de dos años era una separata semanal del periódico Día a Día News, de Los Ángeles, en la que presentaban dos poetas por entrega.
“La especialidad de nuestra revista es la poesía, aunque estamos abriendo el contenido también al relato, ya que entre los realizadores, que están diseminados por varios países de América Latina, hay narradores”. Y añade que uno de sus propósitos es mostrar nuevas voces de la creación literaria.
Óscar Jairo, quien además de Mecánica Celeste alimentó hasta hace unos días otra publicación virtual denominada Rinoceronte 14, dice que la gratuidad de la publicación hace que el alcance sea mayor.
En Mecánica Celeste priman textos sobre actualidad mundial en materia de arte, música, teatro y literatura. Es una revista marcada por el eclecticismo. La idea es mostrar lo que se hace en estas áreas. Libros, autores, obras.
En La Guardarraya hay una sección denominada otros acentos, que incluye textos de autores de lenguas distintas al español; en Mecánica Celeste hay espacio para textos en francés, alemán, inglés y otros idiomas, que no se traducen al español, porque, según González, la publicación tiene alcance global.