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¿Será que la felicidad no “inspira” mucho a los escritores? ¿No arroja mucha literatura? Da lidia hallar cuentos y relatos en la colombiana que se centren en la felicidad. Casi ni en sus títulos. El verano feliz de la señora Forbes, ese relato incluido en los Doce Cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez acude como ejemplo. Pero son pocos. Y pensar que Colombia ha sido el segundo país más feliz del mundo, según mediciones de la ONU. Aunque este año quedó por fuera de los diez, aunque sí entre los 50: somos el 33.
Felicidad, que se sabe, es mucho más que alegría, tiene hoy su día. Y si bien es difícil hallarla como tema central en la literatura colombiana, escritores se han referido a ella, a veces de paso y en otras, de manera un poco más detenida.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad, dijo Gabriel García Márquez en Del amor y otros demonios.
“Soy un escéptico resignado. Pero en ese escepticismo cabe algunas veces la felicidad”, expresó Álvaro Mutis cuando se ganó el Cervantes.
“La sabiduría es un producto del tiempo y de las experiencias. Ya puedes leerte todos los libros y no llegarás a sabio, en el verdadero sentido de la palabra. La felicidad es el premio de la vida. Nada se regala. Es cierto que se aprende estudiando; pero se aprende mal y nada acerca de los hombres y de la vida. Se aprenden enumeraciones. La vida es preciso vivirla”.
Este pensamiento es de Fernando González y hace parte de su libro Mi Simón Bolívar.
“¡Hermanos: buscad, buscad,
hay una luz que brilla más que el oro!
Es el amor puro, la felicidad,
es Jesús que nos guía hacia el tesoro”.
Esta es una estrofa de el Fuego en el altar, poema de Gonzalo Arango incluido en su libro póstumo Todo es mío en el sentido en que nada me pertenece.
“Un amor imposible es el más feliz de los amores.
O puede serlo.
Basta que nunca creas que es posible un amor imposible
y esto hará la felicidad del amor imposible.
Puede que seas el amor imposible de tu amor imposible.
Pero esto es un milagro”.
Parte del poema de Darío Jaramillo Agudelo, Amores imposibles