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Ante un auditorio lleno, la Ciudad de los Libros se transformó por un rato en el café bogotano El Automático, donde León de Greiff y otros escritores solían departir y entablar charlas sobre literatura por horas. Quien se sentaba ahora en ese lugar era el poeta antioqueño Elkin Restrepo, que recibió el premio León de Greiff al mérito literario por su trabajo en poesía.
Restrepo recorrió su pasado junto a la editora Claudia Ivonne Giraldo en una charla de amigos, en la que se destacó la profunda admiración que el poeta tiene por de Greiff y cómo sus textos lo impactaron desde joven. Así lo describió: “Era un animal fantástico, titánico, no hay nadie que haya alcanzado el registro que él logró”, comento el autor.
Conversaron acerca de un viaje que Restrepo emprendió cuando joven con un par de amigos, en el que juntos recorrieron el curso del Río Cauca siguiendo las indicaciones de varios poemas de León de Greiff. Según él, “si el alma tiene una forma, es un paisaje” y por eso ese viaje fue tan especial.
Por todo lo alto
El poeta paisa fue nominado al premio por el Parque Biblioteca Fernando Botero del corregimiento de San Cristobal en Medellín. Él es el autor de obras como Retrato de artistas (1983), La visita que no pasó del jardín (2002) y Como en tierra salvaje, un vaso griego (2012), y por todas ellas fue premiado por un jurado encabezado por el mexicano Fabio Morábito y los colombianos Catalina González, Giovanni Quessep y Ramón Cote.
En la ceremonia de premiación, el escritor Héctor Abad Faciolince destacó que el “caldo de cultivo de Elkin fueron las revistas Acuarimántima, Deshora y la Revista de la Universidad de Antioquia”, donde ha demostrado también sus habilidades como editor.
“No soy un intelectual, no tengo fórmulas y no sé especular. A pesar de que toda la vida he estado en este proceso de hilar la expresión, quizá la poesía nace de otra actividad donde juega el intelecto, pero en la que también es importante no saber”, reconoció Restrepo.
Además añadió que sus poemas son como un retrato y explicó que el poema A una urna griega de Jhon Keats podría explicar mejor que nada el objetivo que busca cuando escribe: “la belleza es verdad y la verdad es belleza... Nada más se sabe en esta tierra y no más hace falta”.