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A Jorge Franco lo adoptaron en Medellín

Estuvo en la vereda Yarumalito y leyó con los niños de la escuela, en este proyecto de la Fiesta del Libro.

  • El cuento La niña calva no tiene final. Los alumnos dieron varios al autor. FOTO Manuel Saldarriaga
    El cuento La niña calva no tiene final. Los alumnos dieron varios al autor. FOTO Manuel Saldarriaga
15 de septiembre de 2017
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Si no es porque a Jorge Franco lo invitan a San Antonio de Prado, quién sabe cuánto tiempo más se queda sin conocer este paraje de Medellín, situado entre las cordilleras del suroccidente. Fue en una actividad denominada Adopta un Autor, de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. En esta, una institución educativa tiene los libros de un escritor durante varios meses para que los estudiantes los lean y, a partir de la lectura, realicen obras escénicas, escritas o gráficas.

Jorge, luego de perderse en el camino, tomar senderos equivocados y llegar por fin a la institución educativa Quebrada Larga, comenzó un recorrido por las emociones. En la entrada del colegio, una calle de asfalto, estaba escrito con tizas de colores: “Jorge Franco, bienvenido”. Había mariposas pintadas y los nombres de sus obras escritas allí: Rosario Tijeras, El mundo de afuera, La niña calva...

Oyó un aplauso cerrado de un centenar de personas, el triple de la población habitual de la escuela, porque se vincularon también el colegio de Yarumalito y el Cibercolegio. “Qué pena con usted, pero se va a empantanar”, le dijeron. La idea: hacer para él un espectáculo en el Bosque Encantado, un pinar situado a menos de 50 metros. Le prestaron botas de caucho y siguió a esa multitud que también estaba feliz.

“Es enriquecedor tener a un escritor con nosotros —contó un estudiante, Juan José Mesa—. En mi caso, que quiero ser escritor, es algo inspirador”.

Se sentaron bajo los pinos. Varios alumnos portaban cartulinas con títulos de obras. Jorge vio una obra de teatro sobre su vida:

“¡Se me metieron al rancho! –exclamó emocionado–. Estaban todos los de mi casa: mis hermanas, mis padres, todos. Hicieron una gran investigación”. Al final, él trocó los roles: les hizo preguntas.

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